Cabello —quien lidera el partido oficialista en Venezuela— declaró que Panamá no tiene legitimidad para actuar como mediador. En sus propias palabras: “En Panamá no hay Gobierno (…) – Ahí se hace lo que diga Estados Unidos.”
Cuestionó directamente cuál sería el papel de mediador de Panamá, criticando que un país que, según él, obedece “a lo que diga Estados Unidos” no tiene independencia suficiente para interceder en un conflicto entre Caracas y Washington.
Cabello afirmó además que Panamá debería “mediar con su pueblo” — en referencia al contexto interno panameño — antes de pretender intervenir en los asuntos de Venezuela.
Contexto: por qué Panamá se ofreció como mediador
Según informes recientes, Panamá — con su gobierno actual presidido por José Raúl Mulino — ofreció mediar entre Venezuela y Estados Unidos en medio de crecientes tensiones diplomáticas, con la propuesta incluso de acoger temporalmente a algunos dirigentes del chavismo como parte del acercamiento.
La oferta de mediación surgió en un contexto internacional delicado, con denuncias cruzadas, sanciones, posibles sanciones estadounidenses y movimientos diplomáticos en la región.
Qué implica el rechazo de Cabello
El rechazo de Cabello aborta —al menos por ahora— cualquier posibilidad de que Panamá actúe como “puente diplomático” entre Caracas y Washington, lo que reduce los canales de mediación externos para Venezuela.
Muestra la desconfianza del gobierno venezolano hacia terceros países que, según su narrativa, podrían estar influenciados por EE. UU. — una postura que profundiza la polarización diplomática y complica los esfuerzos de negociación internacional.
También deja claro que el régimen venezolano prioriza su versión de soberanía y control interno, rechazando intermediarios que no considere imparciales o independientes.También deja claro que el régimen venezolano prioriza su versión de soberanía y control interno, rechazando intermediarios que no considere imparciales o independientes.

