Los CDC evalúan el fin de la vacunación universal contra la hepatitis B en recién nacidos luego de que su Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP) respaldara una nueva recomendación que cambia el enfoque nacional.
Una votación que modifica décadas de política sanitaria
El ACIP, cuyos miembros fueron designados por el secretario de Salud y Servicios Humanos Robert F. Kennedy Jr., votó por reemplazar la vacunación universal al nacer con un modelo de decisión individualizada.
Ocho asesores apoyaron la medida y tres se opusieron.
La recomendación indica que, para bebés de madres con resultado negativo de hepatitis B, los padres podrán decidir junto con un profesional de salud si aplican la vacuna al nacer o después.
También sugiere que, si la primera dosis no se aplica al nacer, se administre a partir de los dos meses.
El comité fue renovado este año
Los 17 miembros anteriores del ACIP fueron removidos meses atrás por Kennedy Jr., conocido por sus posturas contrarias a las vacunas.
Su reemplazo por nuevos integrantes generó debate entre especialistas sobre posibles impactos en las políticas de inmunización del país.
La reorganización del comité aumentó la atención pública sobre las decisiones del ACIP, que ahora revisa el calendario general de vacunación infantil.
Voces críticas dentro del propio comité loading...
Tres miembros votaron en contra del cambio.
El doctor Cody Meissner advirtió que la modificación podría generar riesgos innecesarios para los recién nacidos.
A su postura se sumaron el doctor Raymond Pollak y el doctor Joseph Hibbeln.
Hibbeln afirmó que la decisión podría “causar daño” y pidió al comité asumir responsabilidad si aumentan los casos de infección.
Un debate que abrirá nuevas discusiones sanitarias
La medida, que aún debe pasar por procesos internos antes de ser oficial, podría transformar la política de inmunización infantil en Estados Unidos.
Los CDC evalúan el fin de la vacunación universal contra la hepatitis B en recién nacidos en un contexto donde expertos siguen divididos sobre el impacto en la salud pública.
Mientras algunos apoyan otorgar más autonomía a los padres, otros alertan sobre el riesgo de disminuir coberturas y exponer a los bebés a una infección prevenible.

