La obesidad es una enfermedad crónica y multifactorial que se define como una acumulación excesiva de grasa en el cuerpo, que compromete la salud y el bienestar de quienes la padecen.1 En Colombia, 1 de cada 5 personas vive con esta condición y, si se suman los casos de sobrepeso, más de la mitad de la población adulta (56%) presenta un IMC elevado.2,3
Uno de los grandes desafíos está en la forma en que la sociedad percibe la enfermedad. A menudo se interpreta como una falla personal, lo que genera vergüenza, retrasa la búsqueda de atención médica y abre la puerta a la discriminación en distintos ámbitos. Este fenómeno, conocido como gordofobia, se refleja en prejuicios y comentarios que responsabilizan injustamente al paciente de su condición.
La obesidad es una enfermedad compleja que afecta la salud física, mental y social, y que requiere un abordaje integral, libre de juicios y prejuicios.
“La obesidad no es un simple exceso de peso ni un fallo moral. Es una enfermedad con bases biológicas, metabólicas y neuroconductuales que predisponen a acumular grasa corporal. Creer que se trata solo de comer demasiado es injusto: no todo el que come en exceso es obeso y no toda persona con obesidad come en exceso”, explica el Dr. Andrés Ospina, cirujano bariátrico y experto en obesidad. “Considerarla un fracaso personal limita el acceso a un tratamiento adecuado y desconoce la complejidad del problema”.
La obesidad se diagnostica clínicamente cuando el Índice de Masa Corporal (IMC) alcanza o supera los 30 kg/m². En la mayoría de los casos, surge de un desajuste entre la energía que consumimos y la que gastamos, pero ese desequilibrio está condicionado por múltiples factores: la genética, los cambios hormonales, los entornos cada vez más sedentarios y la amplia disponibilidad de alimentos ultraprocesados ricos en azúcares y grasas.3 Si esta tendencia continúa, se estima que en 2030 serán 27,9 millones los colombianos con un IMC por encima de lo normal.4
En este contexto, Johnson & Johnson MedTech impulsa la campaña #MiSaludPesa, con el propósito de sensibilizar sobre la obesidad como enfermedad crónica, visibilizar sus riesgos y promover la búsqueda de soluciones integrales que mejoren la calidad de los pacientes.
¿Qué cambia al reconocerla como una enfermedad crónica?
Asumir que se trata de una condición médica y no de un problema de voluntad transforma la forma en que se aborda.
“Cuando aceptamos que la obesidad es una enfermedad crónica, el paciente dej a de ser visto como culpable y pasa a ser parte activa de un proceso de cuidado que requiere seguimiento a largo plazo. Esto también implica considerar alternativas especializadas y un acompañamiento constante, lo que contribuye a reducir el estigma y a construir una sociedad más empática, con mejores resultados en salud”, señala el Dr. Ospina.
Un abordaje integral es clave
Enfrentar la obesidad requiere la combinación de hábitos saludables, actividad física y apoyo psicológico. En los casos en que estas medidas no resultan suficientes, existen opciones como la cirugía bariátrica, un conjunto de procedimientos que modifican el aparato digestivo para favorecer la pérdida de peso y mejorar condiciones relacionadas.5
“La cirugía bariátrica es la alternativa terapéutica con mejores resultados, permite una pérdida de entre el 25% y el 30% del peso total, mejora enfermedades asociadas: la diabetes tipo 2, la presión arterial alta y el colesterol elevado, manteniendo los beneficios a largo plazo”, resalta el Dr. Ospina.
Cada caso debe ser evaluado de forma individual por un equipo especializado, integrado por internistas, endocrinólogos, cirujanos, nutricionistas, psiquiatras, psicólogos, entre otros, encargado de determinar si la persona es candidata a este procedimiento. Realizada en centros con experiencia, bajo un enfoque multidisciplinario y con seguimiento continuo, la cirugía ha demostrado ser segura, con una tasa de complicaciones menor al 0,3% y altamente efectiva para mejorar la calidad de vida.6
Una mirada más humana
La obesidad no debe verse como un castigo ni como un problema individual. Reconocerla como una enfermedad abre la puerta a soluciones integrales, acceso a intervenciones médicas y, sobre todo, a una mayor comprensión y respeto hacia quienes la viven. Superar la obesidad significa cambiar la forma en que hablamos de ella y los pacientes.

