
Bogotá, 2 de diciembre de 2025. — La defensa de Ricardo González — acusado por la muerte del estudiante de la Universidad de los Andes, Jaime Esteban Moreno — presentó ante la Fiscalía General de la Nación una propuesta para que los cargos de homicidio agravado sean recalificados como homicidio preterintencional.
Qué plantea la defensa
Según la abogada de González, se desconoce la intención directa (“dolo”) de matar a Moreno. Aducen que las agresiones — aunque violentas — responden a un altercado espontáneo, sin planificación, y con la intención de lesionar más que de exterminar.
De acuerdo con esa versión, no existió un “animus necandi” (voluntad de matar), ni medios especialmente crueles ni concertación criminal previa. La defensa sugiere que la muerte se dio por consecuencias imprevistas de una agresión física sin el objetivo de causar la muerte.
Consecuencias legales que buscan
Si se acepta la solicitud, la tipificación del crimen bajaría de homicidio agravado a homicidio preterintencional, con lo que la pena — que supera los 40 años en el primer caso — podría reducirse considerablemente (la sanción por homicidio preterintencional suele ser menos severa).
Esta estrategia se asemeja a la que plantea también la defensa del otro implicado, Juan Carlos Suárez Ortiz, que busca un preacuerdo con la Fiscalía.
Contexto del caso
El 31 de octubre de 2025, tras una fiesta de Halloween en una discoteca en Bogotá, Moreno fue víctima de una brutal agresión por parte de González y Suárez. Las imágenes muestran cómo lo golpean con puños y patadas en la cabeza y rostro mientras la víctima está en el piso.
La Fiscalía sostiene que hubo intención de causar su muerte — modalidad de homicidio agravado — y pidió medida de aseguramiento.
Qué sigue en el proceso
La decisión está ahora en manos de la Fiscalía General de la Nación, que debe evaluar si acepta o no el preacuerdo propuesto por la defensa. Si se rechaza, el caso seguirá como homicidio agravado; si lo aprueba, la pena podría reducirse.
Mientras tanto, se espera que continúe la investigación sobre posibles responsabilidades de terceros vinculados al caso — entre ellos una mujer, identificada en un disfraz azul, cuyos actos podrían haber alentado la agresión.
