Cada día surgen miles de aspirantes a la fama, pocos logran dar el salto de “intento” a “trayectoria”. Detrás de muchos de esos procesos de transformación, especialmente en la costa Caribe colombiana, aparece un nombre que se repite entre modelos, artistas e influenciadores: Alejandro Palacio Yepes.
Empresario, relacionista público y productor de eventos, Alejandro –conocido como Alejo Palacio– se ha consolidado como uno de los grandes catalizadores de talento en la escena del entretenimiento. Desde Barranquilla, ciudad vibrante y creativa por naturaleza, ha construido una plataforma donde los sueños dejan de ser ideas sueltas para convertirse en proyectos concretos con estrategia, proyección y resultados medibles.
Con más de 326 mil seguidores en redes sociales y más de 5.900 publicaciones, sus perfiles digitales se han convertido en una especie de vitrina y bitácora de casos de éxito. No solo muestra el glamur del mundo del entretenimiento, sino también el proceso: castings, entrenamientos, sesiones de fotos, detrás de cámaras, momentos de ensayo, caídas, logros y grandes anuncios. Para muchos jóvenes talentos, ver ese recorrido es la prueba de que sí es posible construir una carrera desde cero con disciplina y guía adecuada.
Al frente de una de las agencias de talentos más reconocidas del país, Alejandro Palacio Yepes ha logrado reunir bajo un mismo techo a modelos, artistas, creadores de contenido e influenciadores que comparten un mismo objetivo: crecer. Su trabajo se centra en identificar qué hace único a cada persona, potenciarlo y convertirlo en una propuesta atractiva para el público y las marcas del sector entretenimiento.
Una de sus mayores fortalezas es su “ojo clínico” para detectar potencial donde otros solo ven inseguridades. Alejo ha sido testigo de historias que podrían convertirse en guion de serie: jóvenes tímidos que hoy posan con seguridad frente a la cámara, artistas que pasaron de cantar en pequeños bares a participar en grandes eventos, y creadores digitales que encontraron un estilo propio en medio del ruido de las tendencias pasajeras.
Pero su aporte va más allá de la parte estética o de exposición. Como relacionista público, Palacio Yepes ayuda a construir narrativas coherentes alrededor de cada talento: cómo se presenta, qué mensaje transmite, qué causas apoya, qué tipo de contenido comparte y cómo se relaciona con su audiencia. Sabe que en la era de las redes sociales, no solo se trata de verse bien, sino de conectar desde la autenticidad.
Su lema, “Si lo crees, lo creas”, se ha convertido en un sello emocional de su trabajo. Cada artista, modelo o influenciador que llega a su agencia escucha esta frase como punto de partida. Para Alejandro, la verdadera transformación comienza cuando la persona empieza a creer en sí misma. A partir de ahí, la agencia entra a estructurar el resto: imagen, redes, posicionamiento, alianzas, presencia en eventos y oportunidades con marcas.
En la producción de eventos, Alejandro Palacio Yepes también ha dejado huella. No concibe un show solo como una tarima, luces y sonido, sino como una experiencia integral donde el público se sienta parte de una historia. Sus eventos suelen mezclar talento local con figuras ya posicionadas, activaciones de marca, contenidos para redes sociales y momentos diseñados específicamente para ser recordados y compartidos.
Desde Barranquilla, Alejo ha logrado demostrar que la ciudad no solo es cuna de carnaval y fiesta, sino también un semillero constante de nuevos rostros para la televisión, la moda, la música y el mundo digital. Su labor ha contribuido a que muchos de estos talentos no tengan que migrar a otras ciudades para ser vistos, sino que puedan proyectarse desde su tierra hacia el país y Latinoamérica.
Hoy, el nombre de Alejandro Palacio Yepes suena con fuerza cuando se habla de scouting de talento, representación artística y producción de experiencias en el sector entretenimiento. Entre castings, reuniones creativas, sesiones de fotos y noches de show, sigue cumpliendo su misión: encontrar a esa persona que aún no se ha dado cuenta de lo grande que puede llegar a ser y acompañarla en el camino de convertir su sueño en realidad. Porque, como repite una y otra vez, si lo crees… lo creas.