Ingredientes
- 1 kg de pechugas o muslos de pollo
- 2 limones grandes (jugo y ralladura)
- 4 dientes de ajo picados
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- 1 cucharadita de romero
- 1 cucharadita de tomillo
- 1 cucharadita de paprika
- Sal y pimienta al gusto
- ½ taza de caldo de pollo
- Rodajas de limón para decorar
Preparación
Para iniciar esta receta, coloca el pollo en un recipiente amplio y añade sal, pimienta, paprika, romero, tomillo, el jugo de los limones, su ralladura, el ajo picado y el aceite de oliva. Mezcla todo muy bien hasta que el pollo quede completamente cubierto. La marinada es esencial porque aporta sabor y asegura un pollo jugoso, así que déjalo reposar por al menos 30 minutos (si puedes, una hora mejor).
Calienta una sartén grande o una olla amplia a fuego medio. Agrega un chorrito de aceite y coloca las piezas de pollo, dorándolas por ambos lados. El sellado es clave para conservar los jugos internos y obtener un sabor más profundo
Cuando estén dorados, vierte el caldo de pollo y baja el fuego. Tapa la sartén y cocina de 25 a 30 minutos, dependiendo del grosor de las piezas. A mitad de la cocción, mueve el pollo ligeramente para que se impregne bien de la salsa y no se pegue.
Una vez que el pollo esté tierno, retira la tapa y deja que la salsa reduzca durante unos minutos más, hasta obtener una consistencia ligeramente espesa y brillante. Ajusta la sal si es necesario.
Sirve el pollo acompañado de rodajas de limón fresco y un poco más de ralladura. El equilibrio entre acidez y hierbas hace que este plato sea fresco, aromático y muy ligero.

