Ingredientes
- 1 kg de calabaza pelada y picada
- 1 cebolla grande picada
- 2 dientes de ajo
- 1 trozo pequeño de jengibre fresco (2–3 cm), rallado
- 1 papa mediana pelada y picada
- 1 litro de caldo de verduras
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- Sal y pimienta al gusto
- 100 ml de crema de leche (opcional)
- Semillas de calabaza para decorar
Preparación
Para comenzar esta receta, calienta una olla grande a fuego medio con el aceite de oliva y agrega la cebolla picada. Saltéala hasta que esté transparente y desprenda aroma. Luego incorpora los dientes de ajo y el jengibre fresco rallado, mezclando por unos segundos hasta que suelten su fragancia. Aquí es clave evitar que el ajo se queme, porque podría amargar la preparación.
Añade la calabaza y la papa picadas. Revuelve todo para que se impregnen de los sabores y cocínalas durante unos minutos. Posteriormente, vierte el caldo de verduras y sube un poco el fuego hasta que empiece a hervir. Una vez que hierva, baja la temperatura y deja cocinar a fuego lento por unos 25 minutos, o hasta que la calabaza esté completamente blanda. Este punto es esencial para lograr una crema suave y sin grumos
Cuando todo esté tierno, retira la olla del fuego y licúa la mezcla, ya sea en una licuadora o usando una batidora de mano directamente en la olla. Regresa la crema al fuego y, si deseas una textura más cremosa, añade la crema de leche. Ajusta la sal y la pimienta.
Sirve caliente y decora con semillas de calabaza tostadas. Este toque final aporta textura y un sabor delicioso.