La comunidad nariñense se encuentra sumida en el dolor tras conocerse que Edier Fabián Montaño Valencia, de 20 años y oriundo de Policarpa, y Faber Illeras Gamboa, de 19, natural de El Charco, figuran entre las víctimas mortales del bombardeo militar ocurrido en zona rural del departamento del Guaviare.
El operativo, dirigido contra presuntas estructuras del Estado Mayor Central (EMC), una de las principales disidencias de las FARC, dejó un saldo de 20 personas muertas, entre ellas siete menores de edad, según confirmó la Defensoría del Pueblo.
La noticia ha generado una ola de indignación y tristeza en Nariño, donde familiares, amigos y comunidades enteras se han unido en manifestaciones de rechazo y exigencias de justicia. “Eran muchachos humildes, con sueños y esperanzas, que fueron víctimas de una guerra que no eligieron”, lamentó una líder comunitaria de Policarpa.
Reclutamiento forzado
De acuerdo con la Defensoría del Pueblo, los dos jóvenes habrían sido reclutados ilegalmente por grupos armados que operan en zonas rurales de Nariño, donde la falta de oportunidades y la presencia de actores ilegales se combinan en un caldo de cultivo para el reclutamiento de menores y jóvenes vulnerables.
La defensora del Pueblo, Iris Marín, expresó su profunda preocupación y pidió la suspensión inmediata de los bombardeos mientras se evalúan los posibles daños colaterales. “Hay otros bombardeos en verificación por menores de edad que habrían resultado muertos”, advirtió Marín, subrayando la necesidad de priorizar la protección de los derechos humanos en medio de las operaciones militares.
Reacciones
El suceso no solo ha sacudido a Nariño, sino a todo el país. Diversas organizaciones de derechos humanos y entidades internacionales han condenado lo ocurrido. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) reiteró su rechazo al reclutamiento forzado de menores y exigió la liberación inmediata de todos los niños y adolescentes en poder de grupos armados ilegales.
Por su parte, el Gobierno Nacional ha anunciado una investigación exhaustiva para esclarecer las circunstancias del operativo y determinar si se cumplieron los protocolos que buscan evitar víctimas civiles o menores de edad durante acciones militares.
Un país en debate
La tragedia en Guaviare reabre un debate que Colombia no ha logrado resolver: ¿hasta qué punto son legítimos los bombardeos en zonas donde pueden encontrarse menores reclutados? Mientras las Fuerzas Militares defienden la necesidad de actuar contra estructuras armadas que amenazan la seguridad nacional, defensores de derechos humanos reclaman estrategias más humanas y preventivas. En Nariño, los nombres de Edier y Faber se han convertido en símbolo de una juventud atrapada entre la pobreza, la violencia y la falta de oportunidades. La comunidad exige que sus muertes no queden impunes y que el Estado asuma su responsabilidad en la protección de los más vulnerables.

