El Israel actual tiene algunos de los lugares sagrados cristianos más venerados, pero la Iglesia del Santo Sepulcro, que se dice que es la tumba de Jesús, es el más importante. Después de siglos de deterioro por el agua y daños estructurales, los científicos comenzaron en octubre de 2016 una renovación largamente esperada de la tumba. Debajo de una losa de mármol retirada por primera vez en cientos de años, se encontró un descubrimiento nunca antes visto.
La tumba más significativa de la religión cristiana
La crónica del Nuevo Testamento dice que la tumba de Jesús se construyó cerca del lugar donde fue crucificado.
Hacia el año 326 de la era cristiana, el emperador romano Constantino el Grande construyó la primera iglesia en este lugar para albergar su propia sepultura. En primer lugar, se ordenó a Helena, la madre de Constantino, que buscara la ubicación exacta de la tumba de Jesús, que se había encontrado tres siglos antes. Creyó haberla encontrado con la ayuda de un obispo llamado Eusebio. La estructura debía rodear tanto su cuerpo como la cruz en la que murió. A pesar de que no se ha descubierto arqueológicamente la ubicación precisa del entierro, los historiadores tienen una certeza sobre la Iglesia del Santo Sepulcro actual.
Renovaciones iniciales
La Iglesia del Santo Sepulcro ha sufrido varias transformaciones desde que la madre del emperador Constantino la fundó, principalmente debido a los siglos de los cruzados.
Los frailes franciscanos hicieron su propia renovación en la iglesia descuidada durante mucho tiempo después de que el campanario se derrumbó en 1545. El santuario que alberga la tumba de Jesús fue una de las primeras limpiezas del edículo.
Sellaron la cripta
En 1555. Los monjes franciscanos sellaron el sepulcro. Ha estado cerrado durante siglos.
Los monjes colocaron una losa de mármol sobre la tumba de piedra caliza para proteger el lugar y evitar que los peregrinos ansiosos tocaran el lecho de piedra en el que estuvo el cuerpo de Jesús. Los arqueólogos querían profundizar más en la tumba para ver si había evidencia arqueológica de que el cuerpo de Jesús estaba allí.

