P. NARCISO OBANDO
El futbol y la política son, desafortunadamente, los mejores ejemplos de la intolerancia de la gente, en esos temas la mayoría de las personas quieren influenciar unos sobre otros, y por cierto, nunca nadie se pondrá de acuerdo, y de una conversación amistosa y cordial se puede tornar a una discusión airada, incluso con consecuencias fatales.
Como tema inmediato, hablar de política es más común de lo normal, muchos queremos opinar, justificar nuestra postura y en ocasiones sin fundamentos, todos creemos ser expertos, buenos críticos y que estamos en lo correcto.
Los católicos debemos participar en la política siendo ciudadanos responsables, por el bien de todos. La solución a la corrupción no es abandonar la política sino participar en ella con principios y valores cristianos.
Respetar las formas de pensar de los demás permite escuchar y así poder aprender lo que los demás tienen para enseñarnos; saber escuchar, todas las diferentes formas de pensar nos dan pedazos de información que permiten desarrollar mejor nuestra propia forma de pensar; recuerde, aprenda a tomar lo bueno, lo que le haga crecer para bien, con lo que se sienta cómodo y que no agreda a los demás.
Tener la capacidad de hablar sobre cosas en las que en principio no estamos de acuerdo nos ayuda a crecer en nuestras capacidades; en mi concepto no me parece bueno huirle al debate. Aprenderíamos que debatir no significa siempre convencer al otro de que tengo la razón (que se afilie a mi partido político, sea hincha de mi equipo, etc.), significa poder plantear y defender mis opiniones, aprender de las del otro y que los dos podamos crecer y construir nuevas cosas a partir de ello.
En el transcurso de nuestra vida siempre vamos a tener que estar lidiando con los pensamientos, creencias, filosofías, formas de pensar de todas las personas que nos rodean, muchos de ellos serán diferentes a los suyos; simplemente tenemos que aprender a ser tolerantes, para así vivir en paz y armonía, respetándonos unos a otros.