Por: Rober Atis Bernal
En la vida hay tantas oportunidades para el trabajo, el amor, la salud, entre otras, pero como dicen nuestros mayores, para la muerte no hay remedio, que tanto así que personas a temprana edad le ponen fin a su vida.
Algunos dicen que es cobardía quitarse la vida, pero para otros es de valientes, porque no es fácil tomar una decisión fatal de ponerse una soga al cuello, lanzarse de alturas, tomarse un químico o accionar un arma.
Pero, la vida es tan bonita que deja experiencias buenas y malas, hay que aprovechar las buenas oportunidades que da el tiempo en que vivimos, jamás, hay que aferrarse a algo donde no existes, sino hay que seguir explorando hasta que llegue esa buena oportunidad.
Principalmente, tanto mujeres como hombres, la decepción que se vive en el transcurso de la vida, es el tema amoroso, que en ocasiones lo lleva a tomar decisiones tan absurdas por alguien que ni si quiera te vio nacer o que no sabe valorar lo que eres.
Las personas nos equivocamos, porque nadie somos perfectos, nacimos para unos y menos para otros. En la actualidad, se vive el oportunismo, como dice vulgarmente ‘el marrano’, situaciones que en algunos casos conlleva al suicidio.
Es un hecho que se ve en la modernidad, que, por una mujer o un hombre, decidimos ponerle fin a la vida, y, eso está mal, porque todos debemos aprovechar los mejores momentos de la vida, porque vida y madre solo hay una.
Entonces, no se debe tomar malas decisiones por culpa de un hecho amoroso o sentimental, sino que debemos ser fuertes y frenteros en la vida porque oportunidades buenas son poquitas, y esas son las que se debe aprovechar para salir adelante.
Quitarse la vida por alguien o por cosas que sí tiene soluciones, no vale la pena, hay que ser fuerte y enfrentar la vida. Con el pasar del tiempo sabrás reconocerte a ti mismo, hasta quedarás sorprendido que sin compañía de nadie también se sobrevive.
No podemos aferrarnos a nadie, y menos darle importancia a alguien que no sabe nada ni conoce de la vida, hoy solo queda, es valorarte a ti mismo, porque después de tu madre nadie más te va a querer. El amor verdadero siempre será el de madre o padre.
Por hechos insignificantes, no puedes ponerle fin a tu vida, debes darle otra nueva oportunidad y seguir avanzando con paso firme que al final veras los buenos resultados. Debes pensar en positivo y ser alguien en la vida para que luego puedas vivir cómodo como nos lo enseñaron nuestros padres. Pero ante todo eso, nunca debes perder tu humildad ni la razón. El amor no te puede matar.