Un violento tornado azotó el viernes por la noche el municipio de Rio Bonito do Iguaçu, en el estado de Paraná (Brasil), provocando al menos seis muertos y cientos de heridos. Las autoridades locales advierten que las cifras podrían aumentar.
Los vientos superaron los 250 km/h, lo que generó daños extensos en viviendas, árboles, silos y otros elementos de infraestructura urbana. Gran parte de la población resultó afectada: se estima que cerca de 10.000 de los 14.000 habitantes del municipio tuvieron daños directos.
El gobierno del estado decretó emergencia y desplegó equipos de rescate, atención médica y apoyo humanitario para la zona. Se habilitaron albergues temporales y se gestionaron suministros básicos para los damnificados.
Este desastre llega mientras se celebra la COP30 en Brasil, lo que ha vuelto a poner bajo la lupa pública los fenómenos extremos vinculados al cambio climático y la necesidad de contar con sistemas de prevención y alerta más sólidos.