La ciudad de Pasto se convierte nuevamente en epicentro del arte vivo con el estreno de “Soltar el Corsé ”, una propuesta teatral que rompe moldes y desafía silencios. La obra, ganadora de la Convocatoria de Estímulos Artísticos Pasto 2025, fue concebida por un grupo de creadoras nariñenses que, desde la sensibilidad y la fuerza del teatro, exploran las múltiples formas en que las mujeres se enfrentan a la represión, a la culpa y al deseo de libertad.
El relato se desarrolla bajo una atmósfera tensa: la inminente erupción de un volcán que amenaza con sepultar la ciudad. Dentro de un hospital, cuatro mujeres permanecen encerradas en una sala de espera. Afuera, la tierra tiembla; adentro, el alma se resquebraja. Cada una carga con una historia que quema por dentro —una pérdida, una frustración, una rabia contenida, una palabra que nunca se atrevió a decir—.
Protagonistas
Ese encierro se transforma en un espejo. Las protagonistas comienzan a reconocerse en el dolor de la otra, en las cicatrices compartidas, en los gritos que el mundo les enseñó a reprimir. La obra se convierte entonces en un viaje hacia la reconciliación con la propia voz, hacia el acto de desatar los nudos del miedo y asumir la propia verdad.
“Este montaje nació del deseo de hablar sobre todo aquello que nos pesa como mujeres, de los corsés invisibles que nos han enseñado a soportar con elegancia”, explica María Fernanda Cárdenas, una de las directoras del proyecto. “Queríamos crear una pieza que hiciera erupción, que sacara a la superficie lo que muchas veces callamos por miedo a no encajar”, añade.
Idealismo
El corsé, símbolo central de la puesta en escena, se convierte en metáfora de los límites impuestos: la moral, la religión, el qué dirán, los mandatos de belleza, la maternidad idealizada. Soltarlo no es solo un gesto físico, sino un acto de resistencia y autoconocimiento. En escena, cada mujer se va despojando de aquello que la oprime, hasta quedar desnuda en su verdad emocional.
El recurso del volcán, tan ligado a la identidad nariñense, potencia el sentido simbólico: la tierra que tiembla se asemeja al cuerpo que despierta. Pasto, con su cercanía al Galeras, es el escenario perfecto para un relato que une lo telúrico y lo íntimo. “Así como el volcán no puede contener su fuego, el alma tampoco puede contener lo que necesita liberar”, dice una de las actrices durante la obra, en una de las frases más potentes del guion.
Proyección visual
Visualmente, el montaje combina teatro físico, danza y proyecciones visuales, generando una atmósfera envolvente donde la música —con tambores y cuerdas andinas— acompaña los estallidos emocionales del elenco. Cada escena transcurre como una ola de fuego que sube, arde y luego se disuelve en silencio.
El público, al final, no asiste solo a una representación, sino a una experiencia emocional compartida. Más que una historia, “Soltar el Corsé ” propone una catarsis colectiva. Es un llamado a romper las estructuras invisibles que aprisionan, a reconocer la vulnerabilidad como una forma de poder, y a entender que, para sanar, a veces hay que dejarse erupcionar. “Queremos que la gente salga tocada, que se mire al espejo y se pregunte cuáles son sus propios corsés. No se trata solo de las mujeres, sino de todo ser humano que ha aprendido a reprimir lo que siente”, afirma la actriz Laura Montenegro, quien interpreta a una de las protagonistas.

