En un taller de soldadura que se ubicaba en jardines de la Italia hoy se respira lamento, un cartel cerrado da memoria de un fatídico crimen, dos hombre recibieron heridas de bala de forma macabra y vil, uno de ellos era un hombre muy querido en la comunidad, su nombre era Milton Rodríguez Cautivo.
El siniestro ocurrió alrededor de la 1:30, en una tarde calurosa, en una transitada, en plena luz del día. Milton y su compañero trabajaban juntos el taller en una rutina casi monótona, entre chispas y mascaras, herramientas y metales llegaron unos sujetos sin identificar, no eran precisamente amigos ni clientes, era hombre con un propósito macabro; Sin mediar palabra, por toda la cuadra sonaron varias detonaciones de pólvora seca, era continua, sin tregua ni piedad. Los presuntos sicarios huyeron sin ser vistos, se esfumaron como cobardes.
Los vecinos y residentes del lugar se acercaron rápidamente, no tanto por el morbo, sino en busca de genuina ayuda, pero era demasiado tarde, en posición fetal, agarrando su abdomen y con un gesto de dolor y la mirada perdida se encontraba Milton, en el suelo, con el cuerpo rígido y la piel fría. Se escucha el llanto de una mujer que grita su nombre, se oye como llora, como otros gritan, como de un momento a otro llegan las sirenas policiales y las ambulancias.
Entre la llamada y la llegada de las fuerzas públicas pasaron muy pocos minutos, se levantaron los cuerpos para llevarlos a medicina legal, para una investigación forense y autopsia necesarias. Se tranquilizo a los testigos y se empezó una investigación rutinaria, se acordona el área, se interrogan a los que presenciaron el hecho, se toman muestras de la zona y se revisan cámaras.
La comunidad, al igual que una rutina monótona, están atan el cansancio, un hastió colectivo de muertes tras muertes. Si bien si se presentan condolencias hacia el finado, y su familia a gradecido profundamente las palabras de apoyo de la comunidad y su respeto ante su muerte, son más los comentarios que exigen justicia, una paz prometida y una seguridad que no parece existir.

