El presidente de Colombia, Gustavo Petro, respondió con firmeza a las recientes declaraciones del senador republicano estadounidense Lindsey Graham, quien reveló que el Congreso de Estados Unidos planea debatir la posibilidad de realizar operaciones militares en tierra en Venezuela y Colombia con el supuesto propósito de combatir el narcotráfico.
En una entrevista concedida a CBS News, Graham afirmó que la administración de Donald Trump estaba evaluando nuevas acciones en América Latina, lo que generó una fuerte reacción del mandatario colombiano. Petro, a través de sus redes sociales, advirtió a Estados Unidos que “no lo intenten”, dejando claro que cualquier intento de intervención militar en territorio colombiano sería enfrentado con resistencia.
El jefe de Estado contextualizó su mensaje en la historia del país, recordando que el pueblo colombiano ha demostrado una profunda capacidad de resistencia ante agresiones externas e internas. En sus palabras, enfatizó que “cada vez que el pueblo colombiano es agredido, se va en masa a las montañas, se arma, sus guerreros son invisibles y actúan como el jaguar”. Con ello, el presidente hizo alusión al arraigo histórico de la lucha popular y al carácter indomable de la nación.
Petro también advirtió al senador estadounidense que desconocer la historia y la identidad del pueblo colombiano podría tener consecuencias graves. “No lo intenten, es lo único que aconsejo, porque sé la historia de mi pueblo y soy hijo de él”, escribió el mandatario, agregando una reflexión simbólica sobre sus raíces: “Hijo legítimo de mi pueblo, guerrero milenario con ancestro romano que estuvo en Palestina. Nosotros hablamos, pero hay del extranjero que osa de tirano y no nos entiende ni en el bailar ni en la palabra”.
Estas declaraciones se producen en un contexto de tensión creciente entre Bogotá y Washington, luego de que Petro fuera incluido en la llamada lista Clinton, una medida del gobierno estadounidense que afecta a personas o entidades vinculadas con actividades ilícitas. El mandatario ha denunciado que tales acciones constituyen una forma de injerencia extranjera y de presión política, insistiendo en que Colombia es un país soberano y que sus decisiones internas no deben estar sujetas a intereses foráneos.
Además, el presidente colombiano acusó a Estados Unidos de violar el derecho internacional, señalando los bombardeos realizados por sus fuerzas en el mar Caribe desde septiembre, en los que, según denunció, habrían muerto al menos 43 personas, algunas de ellas civiles inocentes, entre ellas un pescador colombiano de Santa Marta. Petro calificó estos ataques como un uso desproporcionado de la fuerza y un ejemplo del modo en que la llamada “guerra contra las drogas” termina afectando a poblaciones vulnerables de la región.
En suma, la respuesta de Petro representa una defensa del principio de soberanía nacional y una advertencia explícita a Washington sobre los riesgos de repetir políticas intervencionistas en América Latina. Con un tono desafiante y simbólico, el mandatario reafirmó su postura de no permitir que Colombia vuelva a ser escenario de operaciones militares extranjeras, recordando que el país tiene una larga historia de resistencia frente a la dominación y la violencia impuesta desde el exterior.

