El festival de bienvenida de una universidad de Pensilvania acaba en un tiroteo con un muerto y seis heridos de bala

Un tiroteo ocurrido la noche del sábado en la Universidad Lincoln, en Pensilvania, dejó como saldo una persona muerta y seis heridas durante una fiesta de bienvenida en la que participaban estudiantes y exalumnos. El hecho tuvo lugar frente al Centro Cultural Internacional, donde se habían instalado carpas y mesas para compartir después de un partido de fútbol americano. La celebración terminó en caos cuando comenzaron los disparos, provocando pánico y confusión entre los asistentes.

Las autoridades informaron que una persona armada fue detenida y se investiga si hubo más de un tirador, aunque se descartó la existencia de una amenaza activa en el campus. El fiscal del condado Chester, Christopher de Barrena-Sarobe, señaló que todavía se desconocen los detalles exactos del suceso, pero aseguró que no parece tratarse de un ataque planificado con el propósito de causar daño masivo. La prioridad ahora es esclarecer los motivos del tiroteo y determinar la participación de los implicados.

El campus universitario, ubicado a unos 70 kilómetros al suroeste de Filadelfia, se convirtió en escenario de una escena caótica, con personas huyendo en todas direcciones. El fiscal pidió a cualquier testigo o persona que tenga videos del incidente que los entregue a las autoridades o al FBI para ayudar en la investigación. Aún no se han divulgado los nombres ni el estado de las víctimas, y los heridos están siendo atendidos en centros médicos cercanos.

Los detectives del condado Chester están liderando la investigación con el apoyo de la policía estatal y el FBI. El gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, expresó en la red social X su solidaridad con la comunidad universitaria y ofreció todo el respaldo del gobierno estatal. Además, pidió a los ciudadanos unirse en oración por las víctimas y sus familias, manifestando su pesar por lo ocurrido.

El jefe de la policía universitaria, Marc Partee, lamentó profundamente el suceso, describiéndolo como devastador para la comunidad de la Universidad Lincoln. Señaló que el tiroteo interrumpió un día que debía ser de alegría y orgullo por el legado de la institución. “Si hubiera una palabra más fuerte que ‘devastado’, la usaría”, afirmó, reflejando el impacto emocional que ha dejado el incidente en estudiantes, profesores y exalumnos.