Nicolás Maduro tardó 60 horas en pronunciarse tras la concesión del Nobel de la Paz a María Corina Machado y, en su intervención durante la marcha del Día de la Resistencia Indígena, evitó nombrarla directamente; en cambio lanzó insultos y descalificaciones que buscaban deslegitimarla ante sus seguidores. (Reuters)
El mandatario presentó el galardón como una maniobra imperialista y utilizó un lenguaje belicoso —rememorando leyendas andinas y apelando a la “estirpe guerrera”— para pintar a la oposición como aliada de intervenciones extranjeras, al tiempo que afirmó que el pueblo chavista no se rendirá. (El País)
En clave simbólica y propagandística, Maduro ordenó acelerar la creación de una “Milicia Bolivariana Indígena” y propuso la integración de milicias internacionalistas indígenas de Sudamérica, presentándolo como un acto de defensa de la soberanía frente a supuestas amenazas externas. (El País
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El discurso mezcla la estigmatización personal (insultos y mitología local) con la amenaza geopolítica (acusaciones sobre el papel de EEUU y el supuesto vínculo del poder con el narcotráfico), buscando cohesionar a su base y desviar la atención de la noticia internacional que favorece a la líder opositora. (The Guardian)
En conjunto, la intervención de Maduro tras el Nobel expone la polarización extrema del país: mientras la comunidad internacional destaca el reconocimiento a Machado, el gobierno responde con censura, descalificaciones y movilización militar-política, intensificando la confrontación interna y el relato de asedio externo. (The Guardian)
