En la fotografía aparecen los participantes del taller: Salvador Coral, Emanuel Pardo, Mia Torres, Alan Torres, David Córdoba, Carlos Montaño, Airu Caicedo, Angie Chávez, Nadia Villarreal, Jaxibel Rodríguez, Alice Urbina, junto al director Salomón Gómez.

El taller ‘Mi cuerpo expresa’ acercó a la niñez y juventud al mundo del teatro

En un ambiente lleno de energía, curiosidad y creatividad, la sala Titiricarpa Rayuela se convirtió en un escenario vivo donde el juego y el arte se entrelazaron. Allí se llevó a cabo el taller de teatro ‘Mi cuerpo expresa’, una iniciativa que acercó a niños, niñas y adolescentes al fascinante universo de las artes escénicas.

El taller, que combinó ejercicios de expresión corporal, improvisación y trabajo colectivo, propuso una experiencia donde el cuerpo fue reconocido como un medio de comunicación, un territorio sensible capaz de narrar emociones y construir historias sin necesidad de palabras.

Confianza

A través de dinámicas teatrales guiadas por formadores especializados, los participantes descubrieron cómo la voz, el gesto y el movimiento podían convertirse en herramientas de libertad y autoconocimiento. Cada sesión se transformó en un espacio de confianza donde la imaginación floreció y los miedos se disolvieron.

“Queríamos que los niños aprendieran a expresarse, a jugar, a comunicarse desde su autenticidad”, explicaron los organizadores del taller, quienes resaltaron la importancia del arte como vehículo para fortalecer la autoestima, la empatía y el trabajo en grupo.

En cada ejercicio, los pequeños actores exploraron el ritmo, la respiración y la presencia escénica. Aprendieron que el teatro no solo consiste en actuar frente a un público, sino también en mirar, escuchar y comprender al otro desde la sensibilidad.

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Tecnología

La iniciativa tuvo un profundo valor pedagógico y social. En una época donde la tecnología domina los espacios de juego y comunicación, este tipo de experiencias devolvieron protagonismo al cuerpo, al contacto y a la creatividad colectiva.

La sala Titiricarpa Rayuela, reconocida por su trabajo en la promoción del arte teatral en Pasto, se consolidó una vez más como un espacio de formación y encuentro, donde el arte se vivió como una experiencia de transformación.

El taller ‘Mi cuerpo expresa’ permitió redescubrir la belleza del movimiento, la fuerza de la imaginación y la capacidad de cada ser humano para comunicar emociones a través del arte. Más que una formación teatral, fue una celebración del cuerpo, la palabra y la libertad.