El Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural declaró al municipio de Concordia, en el suroeste de Antioquia, como Área de Protección para la Producción de Alimentos (APPA), una figura creada para preservar los suelos agrícolas más fértiles del país y garantizar su uso sostenible frente a la expansión urbana y el cambio climático. Con esta declaratoria, 13.040 hectáreas, equivalentes al 52,6 % del territorio municipal, quedarán bajo protección especial, convirtiendo a Concordia en la tercera zona de este tipo en Colombia, después de Sopó (Cundinamarca) y ocho municipios del sur de La Guajira.
La decisión fue formalizada mediante la Resolución 320 de 2025, firmada por la ministra Martha Carvajalino, y forma parte de la estrategia nacional del Gobierno del Cambio para asegurar la soberanía alimentaria y conservar la productividad de los suelos agrícolas. Según explicó la ministra, esta declaratoria no impone restricciones sobre qué sembrar ni altera la tenencia de la tierra, sino que busca que las futuras generaciones “tengan suelos capaces de garantizar los alimentos en Concordia, en Antioquia y en Colombia”.
Un municipio estratégico para la seguridad alimentaria
Concordia es considerada una despensa agrícola clave para Medellín y el suroeste antioqueño. Su economía rural abastece una parte significativa de los alimentos que llegan a la capital del departamento, con una producción diversa que incluye aguacate, banano, café, caña, fríjol, limón, lulo, maíz, mandarina y maracuyá.
Según cifras del Ministerio, el 79,3 % de la producción agrícola del municipio se distribuye en la Central Mayorista de Antioquia, mientras que el 20,7 % restante se comercializa en la plaza minorista. Este flujo constante de productos convierte a Concordia en un pilar de la seguridad alimentaria del Valle de Aburrá, y la nueva declaratoria busca fortalecer ese papel al proteger la base agrícola sobre la cual se sostiene su economía local.
Además de blindar la producción de alimentos, el APPA busca proteger la permanencia del campesinado y la estabilidad económica rural, asegurando que la tierra mantenga su vocación agrícola y no sea desplazada por procesos de urbanización o especulación de suelo.
Una medida frente a la crisis global de degradación del suelo
La ministra Carvajalino enmarcó esta decisión dentro de la respuesta del Estado colombiano a la alerta mundial sobre la degradación de los suelos, un fenómeno que, de acuerdo con el Atlas Mundial de Desertificación (2018), podría afectar hasta el 90 % de las tierras del planeta hacia 2050.
“Esta declaratoria es una forma de prevención. Los suelos son un recurso finito, y protegerlos es proteger el derecho humano a la alimentación”, afirmó la ministra, resaltando el carácter ambiental y social de la medida.
Por su parte, el viceministro encargado de Desarrollo Rural, José Luis Quiroga, explicó que el proceso de declaratoria fue resultado de más de un año de trabajo técnico y concertación territorial, en el que participaron comunidades campesinas, autoridades locales y entidades técnicas. Señaló que esta acción concreta refleja cómo la Reforma Agraria y el desarrollo rural integral están llegando al territorio con medidas que garantizan la sostenibilidad agrícola.
Una política nacional de conservación productiva
Concordia se suma así a los municipios de Sopó (Cundinamarca) y al bloque de ocho municipios del sur de La Guajira que ya cuentan con Áreas de Protección para la Producción de Alimentos. Estas zonas forman parte de un plan de acción nacional liderado por el Ministerio de Agricultura y la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA), orientado a preservar los ecosistemas agrícolas, proteger la biodiversidad asociada y garantizar la sostenibilidad de los sistemas productivos.
Más allá de una medida normativa, la declaratoria del APPA representa una apuesta por la justicia territorial, la soberanía alimentaria y la dignificación del trabajo campesino. En un contexto global marcado por la pérdida de suelos fértiles, el Gobierno colombiano busca consolidar esta figura como una herramienta de seguridad alimentaria y resiliencia ambiental, reafirmando que proteger la tierra es también proteger el futuro del país.

