La Fuerza Aérea de Estados Unidos ha establecido una presencia permanente de drones en Corea del Sur con la reactivación del 431.º Escuadrón de Reconocimiento Expedicionario en la Base Aérea de Kunsan. Este escuadrón operará drones MQ-9 Reaper, reforzando las capacidades militares estadounidenses en la región frente al aumento de las tensiones con Corea del Norte y en un contexto de creciente rivalidad geopolítica en Asia.
Los MQ-9 Reaper son aeronaves no tripuladas con gran alcance operativo, capaces de cubrir no solo la península coreana, sino también áreas estratégicas como el Mar de China Oriental y Taiwán. Su despliegue permitirá fortalecer las operaciones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento en el marco de la cooperación entre Estados Unidos y Corea del Sur, dentro del extenso teatro militar del Indo-Pacífico.
El comandante del escuadrón, teniente coronel Douglas Slater, subrayó que la misión busca consolidar la seguridad y estabilidad regional, además de reforzar la cooperación entre aliados. Estas acciones se suman a los recientes ejercicios militares conjuntos entre Estados Unidos, Corea del Sur y Japón, que buscan mostrar la solidez de sus alianzas ante posibles amenazas en el Pacífico.
El estacionamiento de los drones representa también una señal del compromiso de Washington con sus socios asiáticos, en momentos en que han surgido dudas sobre la continuidad de ese respaldo. Aunque no se precisó cuántas unidades estarán desplegadas en Kunsan, se sabe que el Comando de Operaciones Especiales de Estados Unidos cuenta con 50 Reapers en su inventario.
La activación del escuadrón 431 revive un nombre histórico que se remonta a la Segunda Guerra Mundial, cuando operaba cazas P-38 Lightning en el Pacífico. Este movimiento es el segundo gran ajuste de la Fuerza Aérea en la península este año, tras la reubicación de aviones F-16 a la base de Osan para crear un “superescuadrón” más próximo a Corea del Norte, en un intento de maximizar la capacidad de combate en la región.