El subsecretario de Estado de EE. UU., Chris Landau, pidió revisar los marcos internacionales de asilo, como la Convención sobre Refugiados, argumentando que están desactualizados y han sido abusados. Según él, el sistema actual facilita la migración ilegal bajo apariencia de legalidad y se ha convertido en un vacío dentro de las leyes migratorias. Estas declaraciones se dieron durante un evento paralelo a la Asamblea General de la ONU, organizado por Estados Unidos.
La postura del Gobierno de Trump coincide con su política migratoria más restrictiva, que ha reducido drásticamente la reubicación de refugiados, privilegiando únicamente ciertos grupos, y ha impulsado deportaciones masivas. Landau enfatizó que la soberanía nacional debe prevalecer, proponiendo que el estatus de refugiado sea temporal y que las personas regresen a sus países cuando existan condiciones seguras.
Estas propuestas han generado preocupación entre organismos internacionales y ONGs. Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, insistió en preservar el derecho al asilo, mientras que Jeremy Konyndyk, de Refugees International, advirtió que la iniciativa podría dar pie a que algunos países justifiquen la expulsión de refugiados y pongan en riesgo vidas humanas.
Pese a las críticas, Landau recibió apoyo de algunos representantes internacionales presentes en el panel, quienes coincidieron en la necesidad de reformar el sistema de asilo, aunque advirtieron que se trata de un desafío global que exige responsabilidad compartida. En este marco, EE. UU. planea convocar a naciones interesadas para elaborar nuevos principios que reflejen las realidades migratorias actuales.