En el reciente II Foro de Transición Energética Justa en Nariño, figuras como el Director del IPSE, Danny Ramírez Bastidas, y el Gerente General de Centrales Eléctricas de Nariño, Dr. Pedro Arturo Acosta Revelo, expresaron una visión clara: construir un futuro sostenible para la región con participación comunitaria, tecnología limpia y compromiso institucional. En un escenario de desafíos climáticos y desigualdades energéticas, Nariño busca no solo adaptarse, sino anticipar un modelo que asegure energía confiable, equidad y desarrollo local.
Danny Ramírez Bastidas dirige el IPSE, entidad encargada de planificar y promover soluciones energéticas para las zonas no interconectadas (ZNI).
Entre sus apuestas están: desarrollar Comunidades Energéticas, que permiten que los usuarios gestionen generación, distribución y uso de energía; impulsar tecnologías renovables adaptadas a lo local; mejorar el acceso eléctrico de calidad en zonas remotas; y fortalecer la participación de las comunidades en todos los procesos.
- En cuanto a proyectos potenciales de alto impacto en Nariño, uno que ya fue anunciado es el avance en la exploración del recurso geotérmico en el Valle de Túquerres, con un potencial estimado de generación de 82 MW. Este proyecto representa no sólo beneficios energéticos, sino también oportunidades de desarrollo económico, autosuficiencia energética y protección ambiental.
- Compromisos institucionales, podrían incluirse:
Proyectos solares y fotovoltaicos para zonas rurales de Nariño que hoy dependen de generación interrumpida o de fuentes fósiles costosas o contaminantes.
Iniciativas piloto de comunidades energéticas, donde los mismos habitantes gestionen parcialmente su producción y consumo energético.
Soluciones híbridas locales (solar + almacenamiento, posiblemente biomasa renovable) para territorios apartados.
Fortalecimiento de los esquemas de monitoreo inteligente, eficiencia energética y capacitación comunitaria.
Proyectos regulatorios y de política pública local para incentivar inversiones, subsidios, acompañamiento técnico y acuerdos interinstitucionales.
Para Nariño, una transición energética justa no solo se traduce en reducir emisiones o depender menos de combustibles fósiles. Implica cerrar brechas: llevar energía continua, limpia y confiable a municipios y veredas apartadas; generar empleo local; proteger ecosistemas; empoderar comunidades étnicas; y asegurar que la tecnología y los beneficios no sean ajenos, sino construidos con la gente.
El II Foro de Transición Energética Justa en Nariño representa más que un espacio de discurso: es una invitación a la acción. Con figuras como Danny Ramírez Bastidas y Pedro Arturo Acosta Revelo liderando visiones alineadas con la justicia energética, lo que se presente durante este foro podría marcar un antes y un después para la región. Los proyectos geotérmicos, solares, híbridos, comunitarios y participativos se perfilan como los ejes sobre los cuales se construirá un futuro energético más justo, sostenible y cercano a las necesidades de quienes más lo requieren.
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