El caso del empresario Jorge Hernando Uribe Bejarano, de 74 años, ha conmocionado a Colombia debido a las circunstancias en que se descubrió su muerte y, más aún, por la reciente captura de su propio hermano como principal sospechoso.
Uribe estuvo desaparecido durante once días antes de que su cuerpo fuera encontrado en abril en la vereda El Estero, corregimiento de Navarro, zona rural de Cali. El hallazgo se dio dentro de una vivienda, en medio de un operativo que confirmó el peor desenlace para sus familiares.
La situación tomó un giro inesperado cuando la Fiscalía capturó a Juan Carlos Uribe Bejarano, hermano de la víctima y la misma persona que inicialmente había pedido ayuda a la comunidad y a las autoridades para encontrarlo. Incluso, tras el hallazgo, fue quien confirmó públicamente que el cuerpo hallado en un cañaduzal pertenecía a Jorge Hernando, compartiendo en redes sociales mensajes de dolor y solicitud de oraciones.
Sin embargo, las investigaciones apuntaron a que Juan Carlos habría tenido una participación determinante en el crimen. Esta revelación despertó gran indignación y consternación nacional, generando comparaciones inmediatas con el mediático caso del estilista Mauricio Leal, asesinado también por su hermano, Jhonier Leal, en un hecho que en su momento impactó profundamente a la opinión pública.
La captura de Juan Carlos
El testimonio de la hija de Jorge Hernando, quien relató momentos claves del asesinato, ha dado mayor claridad a la investigación y ha reforzado la hipótesis de la Fiscalía sobre un plan en el que habrían participado personas del entorno familiar.
El país sigue con atención cada avance del proceso judicial, marcado por el horror de un fratricidio, la traición de la confianza familiar y la indignación que genera la violencia en contra de un hombre que durante décadas se dedicó al mundo empresarial.