Por: Pablo Emilio Obando A.
Al periodista Luis Bernardo Esparza lo conocí en la ciudad de Pasto en la década de los 80. Integrante del Colegio Nacional de Periodistas, Seccional Nariño, director y fundador del periódico EL PASTUSO, medio informativo que circuló durante dos décadas en nuestro departamento, con apariciones bimensuales o cuando las circunstancias económicas lo permitían.
Acucioso investigador, fogoso periodista y un conocedor profundo de la historia regional. En sus manos llevaba siempre un ejemplar de su periódico, una antigüedad o textos de gran valía que rescataba en sus pesquisas memorables.
Dueño de un memorable archivo fotográfico, bibliográfico y cultural. Su casa, en las cuadras, era un lugar en el cual almacenaba y conservaba material de importancia para la memoria histórica y cultural del departamento de Nariño. Rescató, gracias a su acucioso olfato periodístico, valiosos e invaluables documentos y archivos de la Contraloría Regional que indolentemente fueron tirados a la basura.
Su periódico EL PASTUSO fue escenario de encomiables denuncias ciudadanas. Escribía con valentía, firmeza y con un temple que a más de un funcionario hacía temblar y estremecer. Amigo incondicional, pero al mismo tiempo un adversario contra quien su pluma combatía hasta exponerlo a una opinión pública expectante y conocedora de su espíritu tenaz y constante.
Era común verlo en las cafeterías del centro de Pasto ofreciendo un ejemplar de EL PASTUSO, que a la postre terminaba en manos de sus amigos y conocidos que rodeados de un tinto y un buen pan o almojabana les permitía conversar sobre el tema expuesto en sus páginas. El PASTUSO se imprimía en formato pequeño, en blanco y negro y, casi siempre, con doce o veinte páginas que recogían artículos periodísticos, culturales, históricos y literarios. Escribían periodistas regionales, entre los cuales tuve el honor de ser parte de su redacción, y escritores exquisitos que con su pluma engalanaban cada ejemplar.
Dueño de una conversación agradable que se encendía al tenor de los temas y personajes tratados. Un curioso personaje que perseguía antigüedades de la manera más extraña y peculiar, su presencia era infaltable en las demoliciones de casas antiguas que cedían ante el ímpetu de una modernidad demoledora e impostergable. Salía de ellas victorioso con trofeos envidiables como chapas antiguas, puertas centenarias, ventanas de madera de bosques desaparecidos y balcones de grandes dimensiones que parecían vencerlo por su peso y tamaño. Pero nada lo detenía ahora de rescatar estas reliquias que eran condenadas a una desaparición de una manera indolente y dolorosa.
Muchos de los objetos exhibidos en museos y centros culturales de la ciudad de Pasto fueron rescatados por su valioso accionar. Su colección privada abarcaba libros, revistas, folletos, fotografías, periódicos y toda clase de elementos y materiales raros y curiosos. Esperamos que no sea tarde para que el municipio de Pasto o el departamento de Nariño adquiera y conserve este valioso material.
Luis Bernardo Esparza era conocido ampliamente por altos funcionarios, periodistas y gobernantes de la región. Amigo de la cultura y un empecinado periodista que no daba su brazo a torcer cuando consideraba que una causa requería de la correspondiente denuncia pública. EL PASTUSO fue una de nuestras primeras tribunas, ofrecida generosamente por nuestro dilecto amigo en nuestros tiempos de juventud.
Interesante que podamos conocer y valorar la obra y trayectoria de personajes como Luis Bernardo Esparza y su singular periódico EL PASTUSO. seguramente alguna entidad conserve algunos ejemplares que nos permitirán recorrer algunas páginas de nuestra historia local y regional.
Pasto y Nariño le deben mucho a LUIS BERNARDO ESPARZA, un personaje único y excepcional que hizo historia y contribuyó a valorar el patrimonio local y regional.

