Flor Imbacuán brilló en la ciudad de Medellín

La reconocida diseñadora nariñense Flor Imbacuán, embajadora de Hajsu Etnomoda, dejó nuevamente una huella imborrable en la escena de la moda nacional, esta vez en la Pasarela Futuros, organizada por la Universidad de Medellín. Su participación no solo elevó el nombre del sur del país, sino que también se convirtió en un poderoso acto de reivindicación cultural.
Flor presentó una colección basada en tejidos tradicionales, elaborados por comunidades indígenas de Nariño, que destacan por su complejidad técnica, su simbolismo ancestral y su belleza estética. Cada prenda tejida fue un testimonio vivo de las raíces que siguen latiendo con fuerza desde el sur andino, proyectando al mundo una identidad colectiva cargada de historia y dignidad.
Mensaje
La puesta en escena superó los límites de una simple pasarela. Cada paso, cada prenda y cada gesto construyeron una narrativa emocional que conectó el pasado con el presente. A través de los textiles, Flor logró transmitir historias de territorio, cosmovisión y resistencia. Los colores, bordados y texturas no fueron elegidos al azar: cada uno de ellos tenía un mensaje, una memoria o una voz ancestral que exigía ser escuchada.
“Fue un grito ancestral que estremeció la pasarela. Nuestros tejidos contaron historias que vienen desde la raíz, y el eco de nuestra identidad vibró con fuerza entre luces, aplausos y emoción. Desde el sur, tejimos con orgullo y dignidad. Desde el alma, hicimos historia”, expresó la diseñadora tras su presentación, visiblemente conmovida por la acogida del público.
Orgullo
La propuesta de Hajsu Etnomoda, marca que lidera Imbacuán, ha venido consolidándose como una expresión auténtica de moda con enfoque étnico y social. Su trabajo ha logrado visibilizar el talento artesanal del departamento, destacando el rol de las mujeres tejedoras, portadoras de saberes ancestrales y guardianas de la memoria colectiva.
La participación en Pasarela Futuros no solo representó un logro profesional, sino también una reivindicación cultural que fortaleció el orgullo de ser nariñense. Desde el escenario, Flor mostró que la moda también puede ser una herramienta de transformación, una vía para contar historias que muchas veces son silenciadas.