Estados Unidos desertificó a Colombia en la lucha contra el narcotráfico el 15 de septiembre de 2025, según lo anunciado por el presidente Donald Trump y confirmado por el gobierno colombiano.
Esta es la primera desertificación en 28 años, desde 1997 durante el mandato de Ernesto Samper, y se debe a que el Departamento de Estado considera que Colombia «ha fallado de manera demostrable» en cumplir con sus obligaciones internacionales en el control de drogas, no obstante, esto contrasta con los resultados por el Gobierno Nacional, señalando que el país incautó 700 toneladas de cocaína y destruyó un récord de 4.570 laboratorios clandestinos en 2025.
El presidente Gustavo Petro criticó la decisión como «política» y un «chantaje», afirmando que termina la dependencia de las Fuerzas Militares colombianas del armamento estadounidense y que Colombia priorizará su soberanía, comprando o produciendo sus propias armas.
Sin embargo, el gobierno de EE.UU. emitió una exención de sanciones por «interés nacional», lo que permite continuar financiando operaciones militares clave, aunque podría reducir la ayuda civil en hasta un 50%, restringir préstamos en instituciones como el FMI y el Banco Mundial, y afectar el turismo e inversión extranjera.