Petro revive la propuesta de Asamblea Nacional Constituyente como bandera electoral

Gustavo Petro ha reactivado la idea de convocar una Asamblea Nacional Constituyente como uno de los ejes centrales de su estrategia política de cara a las elecciones de 2026. Ha pedido que la lista del Pacto Histórico para el Congreso y la Cámara sea abiertamente pro-constituyente, es decir, que los candidatos estén de acuerdo con la idea de una constituyente. Difundió un video con una canción dirigida especialmente a juventudes urbanas para generar apoyo alrededor del concepto de “poder constituyente”.

Características y aclaraciones

  • No hay intención de reelección: Petro ha aclarado que la propuesta de Constituyente no tiene fines de reelegirse.
  • La constituyente que se propone sería para después de su mandato, de modo que no implique una extensión legal del mismo.
  • Petro ha dicho que entregará una papeleta en las elecciones de Congreso (terriblemente importante con miras a generar un mandato ciudadano que respalde la idea) para que la ciudadanía se manifieste a favor o en contra de convocar la Asamblea Constituyente.

Obstáculos y críticas

  • Expertos constitucionalistas han advertido que la propuesta podría no ser viable en el marco jurídico vigente. Por ejemplo, se requeriría una ley aprobatoria del Congreso, mayorías calificadas, y luego control constitucional previo.
  • Se ha dicho que el tiempo es un problema: dado lo avanzado del mandato, algunos creen que no habría margen para tramitar y realizar todos los pasos legales antes de las elecciones de 2026.
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  • Hay reacciones de rechazo fuertes de la oposición, que lo consideran un intento de Petro de concentrar poder o de modificar reglas institucionales fundamentales.

¿Qué implicaría si se concreta?

  • Si la ciudadanía vota “sí” en la papeleta para constituyente, la próxima administración y el próximo Congreso tendrían el mandato de adelantar discusiones sobre los cambios constitucionales.
  • Las reformas planteadas podrían incluir la justicia, derechos sociales, medio ambiente, paz, participación ciudadana, entre otros.
  • También generaría un debate ampliado sobre qué Constitución queremos, qué tanto ha cumplido la de 1991, y cuáles limitaciones institucionales se enfrentan para implementar reformas profundas.