Una roca marciana podría estar contando una historia que lleva millones de años esperando ser escuchada. Este 10 de septiembre, la NASA confirmó que el rover Perseverance, que explora el cráter Jezero desde 2021, recolectó una muestra con señales químicas que podrían ser biofirmas, es decir, huellas de procesos biológicos.
Cañón Zafiro: una muestra que cambia el juego
La muestra, bautizada como Cañón Zafiro, fue extraída en julio de 2024 del afloramiento Bright Angel, una formación sedimentaria ubicada en lo que alguna vez fue el lecho de un río seco. En ella se detectaron minerales como fosfato y sulfuro de hierro, compuestos que en la Tierra suelen estar asociados a la actividad microbiana.
Joel Hurowitz, investigador principal del estudio, explicó que estos minerales podrían haber sido generados como subproducto del metabolismo de microbios. “Los microbios consumen materia orgánica y dejan rastros químicos. Eso es lo que estamos viendo”, señaló.
¿La señal más clara de vida en Marte?
Sean Duffy, administrador interino de la NASA, fue contundente: “Después de un año de análisis, no encontramos otra explicación. Esta podría ser la señal más clara de vida que hayamos encontrado en Marte”. Aunque el hallazgo no confirma la existencia de vida, sí representa un avance crucial en la búsqueda.
Los científicos también identificaron patrones en la roca, conocidos como “manchas de leopardo”, que refuerzan la hipótesis de procesos biológicos. Sin embargo, mantienen la cautela: aún se necesita más evidencia para descartar que estos minerales se hayan formado por procesos geológicos.
¿Y ahora qué?
El siguiente paso es lograr que estas muestras lleguen a la Tierra. La NASA trabaja en una misión conjunta con la Agencia Espacial Europea para traerlas en la próxima década. Analizarlas con tecnología terrestre permitirá confirmar si realmente estamos ante restos de vida marciana.
Marte, un planeta que se parece más a la Tierra de lo que imaginamos
Hace miles de millones de años, Marte tenía agua, clima templado y condiciones que podrían haber sido habitables. Hoy, cada descubrimiento nos acerca a entender si ese pasado fue más parecido al nuestro de lo que creíamos.
Este hallazgo no solo emociona a la comunidad científica, también reaviva una pregunta que ha cruzado generaciones: ¿estamos solos en el universo? Perseverance, con cada roca que analiza, parece estar cada vez más cerca de responderla.