Bajo el liderazgo de Carmen Enríquez, la comunidad se reúne de lunes a viernes con diferentes instructores para fortalecer la salud física y el espíritu colectivo a través del ejercicio.
En el barrio La Paz de la ciudad de Pasto, la comunidad ha encontrado en la actividad física un espacio para mejorar la salud y, al mismo tiempo, estrechar los lazos de amistad y convivencia. La iniciativa, liderada por Carmen Enríquez, se desarrolla de lunes a viernes con un instructor distinto cada día, lo que brinda dinamismo y variedad a las rutinas.
La líder comunal explicó que las jornadas incluyen calentamiento, estimulación muscular y baile, actividades que logran motivar a personas de todas las edades. “Realizamos la actividad física con nuestro instructor Enrique Castro. Toda la semana tenemos un instructor diferente: lunes Enrique Castro, martes Pedro Pablo Mesías, miércoles Alexander Madrileño, jueves Fernando Delgado y viernes Erwin Trejos”, señaló.
Salud
Los habitantes del sector coinciden en que estas jornadas no solo mejoran el estado físico, sino que también contribuyen a la salud mental, pues el ejercicio regular se convierte en un espacio de distracción y alegría que ayuda a contrarrestar el estrés cotidiano.
Comunidad
La asistencia de vecinos ha crecido con el tiempo, lo que refleja el interés colectivo por cuidar la salud y mantenerse activos. Niños, jóvenes, adultos y adultos mayores participan en las rutinas, compartiendo un espacio intergeneracional que refuerza el sentido de comunidad.
Constancia
Cada instructor aporta un estilo propio, lo que convierte a la actividad en un proceso integral y motivador. Para los organizadores, la clave ha sido la constancia, pues la programación semanal asegura que siempre haya una oportunidad para ejercitarse, sin importar el día.
La experiencia del barrio La Paz demuestra que la unión comunitaria puede transformar la calidad de vida de sus habitantes. Más allá del ejercicio, estas jornadas se han convertido en un punto de encuentro que fortalece valores como la solidaridad, la disciplina y el compromiso mutuo.
Además de los beneficios físicos y emocionales, la iniciativa ha impulsado la integración social en el barrio. Muchos vecinos que antes no se conocían hoy comparten un mismo espacio, fortaleciendo la confianza, el respeto y la cooperación entre familias.
El liderazgo de Carmen Enríquez y el compromiso de los instructores han sido determinantes para consolidar este proyecto comunitario. Gracias a su esfuerzo, el barrio La Paz se proyecta como un ejemplo de organización ciudadana orientada al bienestar integral y a la construcción de una comunidad más unida y saludable.