El municipio de Magüí Payán, Nariño, volvió a ser epicentro de una escalofriante revelación: un arsenal de guerra escondido en lo profundo de la selva. En medio de un operativo de alto riesgo, la Policía Nacional incautó un imponente depósito ilegal con material bélico de uso exclusivo de las Fuerzas Militares, un hallazgo que advierte la crudeza con la que operan las organizaciones criminales en la región.
El arsenal incautado parecía sacado de un campo de batalla. Entre los elementos decomisados se encuentran tres fusiles de largo alcance calibre 5.56 y 7.62 milímetros, una ametralladora calibre 7.62, dos pistolas calibre nueve milímetros y dos lanzagranadas calibre 40 milímetros, armas de enorme poder destructivo que presuntamente estaban en manos del Grupo Armado Organizado Residual Ariel Aldana.
Estructura criminal
De acuerdo con el coronel John Jairo Urrea Rozo, comandante de la Policía en Nariño, estas armas habrían sido utilizadas para reforzar la capacidad criminal de dicha estructura, con el propósito de atentar contra la población civil y la Fuerza Pública, sembrando el miedo en las comunidades rurales que ya viven bajo la sombra de la violencia.
El hallazgo no solo constituye un golpe demoledor contra el multicrimen, sino que revela la magnitud de la amenaza que enfrenta Nariño. Las autoridades temen que estos arsenales, ocultos en parajes apartados, formen parte de una cadena de suministros ilegales que alimenta la guerra en los territorios más vulnerables del Pacífico.
Terror en la zona
Habitantes de la zona, que pidieron no revelar sus nombres por seguridad, aseguran que en los últimos meses se ha incrementado la presencia de hombres armados en trochas y ríos de la región. “Vivimos entre el miedo y la incertidumbre. Ahora sabemos que no son solo pistolas, son armas de guerra las que esconden en la selva”, relató con voz temblorosa una mujer de la comunidad. La Policía Nacional aseguró que este tipo de operaciones continuarán y que cada golpe debilita las finanzas y el poder de fuego de los grupos ilegales. “Seguiremos atacando sus estructuras, no descansaremos hasta devolverle la tranquilidad a la población de Nariño”, enfatizó el coronel Urrea.
