
Imagen: AFP
Donald Trump soporta las penalizaciones que financian el aparato militar de Rusia. El comercio petrolero podría tener un impacto que sacuda los mercados a nivel mundial y perjudique a economías importantes como la de India y la de China.
India y China responden firmemente a las advertencias del presidente estadounidense Donald Trump acerca de la aplicación de lo que él llama sanciones secundarias por comerciar con naciones sancionadas. La advertencia se emitió inmediatamente después de que los Estados Unidos establecieron aranceles extra del 25% a India por la compra de crudo ruso, un recurso esencial para Moscú en su conflicto con Ucrania.
En respuesta al ultimátum de Trump, los dos países se comprometieron a salvaguardar su soberanía económica y su seguridad energética frente a lo que Pekín describió como «presión y coacción» estadounidense. China se ha convertido en el principal consumidor de petróleo ruso desde que comenzó la invasión a Ucrania, en 2022.
En cuanto a la India, acusó de hipocresía al Occidente, afirmando que la Unión Europea continúa importando energía de Rusia pese a haber disminuido considerablemente su dependencia desde el comienzo del conflicto. Además, Nueva Delhi subrayó que Washington había respaldado de manera activa la adquisición de petróleo ruso desde la invasión, con el fin de estabilizar los precios a nivel mundial.
Entre 2021 y 2024, las exportaciones de petróleo crudo ruso a India se incrementaron cerca de 19 veces, aumentando de 0,1 millones a 1,9 millones de barriles al día. En lo que respecta a China, el incremento fue del 50%, llegando a los 2,4 millones de barriles al día.
Según Petras Katinas, analista energético del Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA) con sede en Lituania, India es el segundo país que más petróleo ruso compra. Asimismo, India pudo ahorrar hasta 33 mil millones de dólares entre 2022 y 2024 en gastos energéticos debido a los significativos descuentos que Moscú brindó después de que la demanda occidental disminuyó.
India, de manera tradicional, busca mantener una balanza en sus relaciones con China, EE. UU. y Rusia, sin darle más importancia a alguno de ellos. Katinas afirma que esta política fue fundamental para decidir la compra de crudo ruso con descuento, resaltando «la seguridad energética y la asequibilidad».
