El gobernador Jorge Emilio Rey encendió las alarmas sobre la crisis financiera que enfrentan los hospitales públicos del departamento. Las EPS adeudan $1,2 billones, mientras los pagos se redujeron a solo el 30 % del valor de los servicios. Deuda millonaria de EPS pone en jaque la salud pública de Cundinamarca.
Rey advirtió que esta situación amenaza con paralizar la atención en municipios donde la Nueva EPS, que cubre a 615.000 afiliados, representa la mayoría de pacientes. La reducción de pagos pone en riesgo salarios, compra de insumos y continuidad de servicios esenciales.
Superintendencia interviene y la Nueva EPS enfrenta control estricto
La Superintendencia Nacional de Salud ordenó que los giros a los hospitales dependan de un contralor externo, tras detectar rezagos millonarios en cuentas por pagar. Aunque la entidad aseguró que agosto tendrá pagos normales, persiste la incertidumbre sobre septiembre.
El gobernador Rey calificó la medida como “inaceptable” y responsabilizó tanto a las EPS morosas como al Gobierno Nacional de poner en riesgo la salud pública.
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Gobernación asume gastos, pero no es sostenible
Para evitar cierres, la Gobernación de Cundinamarca ha utilizado recursos propios para pagar salarios y comprar insumos médicos. Sin embargo, Rey advirtió que esta solución solo es temporal:
“Estamos usando plata destinada a colegios y vías para cubrir lo que las EPS no pagan”, señaló.
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Si no se reactivan los pagos y se saldan las deudas, los hospitales podrían cerrar servicios en cuestión de semanas. El gobernador Jorge Emilio Rey pidió soluciones inmediatas. Exigió que las EPS paguen lo que deben y que el Gobierno garantice el giro directo. Los hospitales ya no resisten más retrasos. Si el dinero no llega, los servicios se cerrarán y la atención médica se detendrá en varios municipios de Cundinamarca.