En una noche en la que el pasado cobró vida con emoción, talento y un profundo sentido pedagógico, el Museo Juan Lorenzo Lucero, ubicado en el corazón de la ciudad de Pasto, se transformó en un escenario viviente con la actividad teatral “Que te la cuenten ellos”.
La propuesta artística, original y cautivadora, ofreció a los asistentes una experiencia inmersiva sin precedentes: un recorrido nocturno por las salas del museo, guiado por personajes históricos que, desde sus propios relatos, reconstruyeron las memorias de batallas y acontecimientos claves de la historia regional y nacional.
Simbología
En medio de la penumbra, cada actor encarnó a figuras simbólicas que “resucitaron” por una noche para contar su versión de los hechos. El público se dejó conducir por las voces del pasado que, con pasión, dramatismo y fidelidad histórica, tejieron un puente entre la memoria colectiva y la actualidad.
Los personajes fueron interpretados por un elenco comprometido y talentoso: Nicolás Guerra, Giovani Arroyo, María de la Cruz, Jhon Muñoz, Julieth Álvarez, Stefania Calvache, Josep Erazo, Gabriel Chávez, Cristian Chamorro, Ángela Caipe, Fernanda Casanova, Laura Achicanoy, Paola Guerrero y Daniela Chamorro, quienes, con vestuarios de época y una impecable preparación actoral, lograron conmover al público y generar reflexión sobre el valor de la historia.
Propuesta
Esta propuesta escénica no solo entretuvo, sino que también se convirtió en un ejercicio de recuperación de la memoria histórica y del patrimonio intangible de Nariño. Pasto, reconocida por su riqueza cultural, su carnaval, su arte urbano y sus iniciativas educativas, se consolida con este tipo de eventos como una ciudad vibrante donde el pasado y el presente dialogan a través del arte.
Recorrido
“Salir del teatro tradicional para recorrer un museo donde los mismos protagonistas del pasado cuentan su historia fue simplemente impactante. Es una forma muy poderosa de aprender”, expresó una asistente al finalizar la actividad. Además del componente artístico, el evento tuvo una fuerte carga simbólica, pues puso en escena la voz de quienes forjaron luchas, ideales y procesos que aún resuenan en la identidad del pueblo nariñense.