Desde la madrugada del 14 de julio, miles de productores de arroz de los principales departamentos arroceros de Colombia se sumaron a un paro nacional indefinido. La protesta, liderada por gremios como Dignidad Arrocera y respaldada por asociaciones regionales, responde a lo que consideran reiterados incumplimientos del Gobierno nacional y a la falta de soluciones estructurales para el sector.
Los arroceros entraron en cese de actividades en reacción a la caída histórica en los precios del arroz paddy verde, que ha llevado a pérdidas superiores a un millón de pesos por hectárea cosechada. Además, señalan el incremento de los costos de producción, la ausencia de incentivos efectivos, el contrabando desde países vecinos y la concentración del mercado en manos de pocos molinos como factores que agravan la crisis.
Los departamentos epicentro de la protestas son Tolima, Huila, Casanare, Meta, Sucre, Córdoba, Arauca y Guaviare. En Tolima, por ejemplo, los bloqueos podrían afectan rutas estratégicas como el corredor Ibagué-Espinal y la intersección Chicoral-Bogotá-Ibagué.
En Huila, los principales bloqueos están previstos en el cruce que comunica a Tesalia con el municipio de Paicol, sobre la ruta 45 en el corredor que va de Neiva a Garzón, en las inmediaciones del peaje de Neiva en la vía hacia Bogotá y en el sector de Pueblo Nuevo en Villavieja.
Exigencias de los manifestantes
Los líderes arroceros exigen el establecimiento de un precio mínimo de compra para el arroz, la materialización de subsidios prometidos y la creación de una mesa nacional de diálogo con participación de los ministerios de Agricultura, Hacienda y Comercio. También reclaman mayor control al contrabando y apoyo para enfrentar los efectos de los tratados de libre comercio.
El Gobierno, a través del Ministerio de Agricultura, ha reconocido la gravedad de la situación y convocó a reuniones con los cultivadores y gobernadores de las zonas afectadas. Sin embargo, los productores sostienen que las medidas propuestas hasta el momento no han sido suficientes ni se han traducido en alivios reales para el sector, lo que mantiene la tensión y la incertidumbre sobre la duración del paro.
De no llegarse a un acuerdo en el corto tiempo, la protesta arrocera podría generar el desabastecimiento desabastecer el mercado interno e impactar en la economía de más de 500.000 familias campesinas. Además, los bloqueos viales persistentes llegarían a dificultar el transporte de alimentos y bienes esenciales, generando preocupación en las autoridades por el posible escalamiento del conflicto y el impacto en la seguridad alimentaria nacional.
Como punto importante y esperanzador está que los diálogos entre el Gobierno y los líderes del paro continúan, aún en medio de la firma movilización de los arroceros.

