En un esfuerzo por proteger el patrimonio cultural y la memoria de los pueblos originarios, la Alcaldía de Pasto, a través de la Secretaría de Cultura, sostuvo un encuentro con representantes del Cabildo Indígena Quillacinga y la comunidad del corregimiento de Catambuco, con el objetivo de verificar el estado de conservación del petroglifo conocido como ‘La Cabeza del Indio’.
Durante la visita, el arqueólogo Cristian Zamudio acompañó el recorrido técnico y será el encargado de elaborar el informe correspondiente, el cual será remitido al Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh). Este documento permitirá iniciar procesos de evaluación que definan medidas concretas para preservar este importante vestigio arqueológico.
Cosmovisión
El petroglifo es considerado una manifestación de arte rupestre que representa la cosmovisión, creencias y modos de vida de los pueblos indígenas que habitaron esta región. Se trata de una pieza única que guarda un lenguaje gráfico con el que los antepasados narraron su historia y dejaron registro de sus tradiciones.
Desde la Secretaría de Cultura se destacó que estas acciones hacen parte del compromiso institucional con la protección de la memoria histórica y el legado de los pueblos originarios, e hicieron un llamado a las autoridades locales y a la comunidad para que se apropien de estos procesos.
“Los petroglifos no solo son expresiones artísticas, son testimonios culturales que deben ser protegidos, ya que nos conectan con nuestras raíces y fortalecen la identidad colectiva”, expresó un vocero de la Secretaría.
Recorrido
El Cabildo Quillacinga, por su parte, valoró el acompañamiento de las autoridades y reiteró la necesidad de avanzar en acciones concretas para evitar el deterioro de estos símbolos ancestrales que aún perviven en el territorio.
La comunidad de Catambuco también participó activamente en el recorrido, evidenciando su interés en proteger este patrimonio. Se espera que, tras la evaluación del Icanh, se pueda declarar el petroglifo como un bien de interés cultural, lo que garantizaría recursos y mecanismos para su conservación a largo plazo.
Finalmente, las autoridades reiteraron el llamado a proteger estos sitios sagrados, no solo por su valor histórico, sino porque representan la resistencia, el conocimiento y la espiritualidad de los pueblos indígenas de Nariño.