En La Floresta denuncian aumento de pandillas y consumo de droga

La tranquilidad del barrio La Floresta se ha roto. Lo que antes era un lugar familiar y pacífico, hoy se ha convertido en un escenario donde el consumo de drogas entre menores de edad va en aumento, generando miedo, indignación y desesperación entre los residentes.

«Ya no es raro ver a chicos de 13 o 14 años fumando marihuana como si nada, incluso frente a las casas», denuncia Mariela Gutiérrez, una comerciante de la zona que afirma haber sido testigo de múltiples escenas de este tipo. “Uno no sabe si mandar a los hijos a la tienda o encerrarlos para protegerlos”, agrega.

Alarma

Lo que parece ser una moda peligrosa entre los más jóvenes ha disparado las alarmas. Los vecinos hablan de un crecimiento visible en el consumo de sustancias psicoactivas, incluyendo no solo marihuana, sino también otros estupefacientes que circulan sin control en parques y esquinas.

«Esto ya se salió de las manos», asegura con preocupación Raúl Molina, presidente de la junta comunal, quien afirma que los actos de vandalismo, los robos y los enfrentamientos callejeros también han aumentado. «Esto no es solo un tema de drogas. Es un problema social que nos está devorando como comunidad», declara.

Intervención

Ante esta situación, los vecinos se sienten abandonados por las autoridades. «Nos prometieron patrullajes, campañas, apoyo… pero aquí no ha venido nadie», denuncia Mariela con impotencia.

Algunos padres han optado por mantener a sus hijos en casa, mientras otros claman por intervención urgente en los colegios, donde aseguran que no existen suficientes campañas de prevención ni seguimiento a los casos reportados.

Pese al panorama desalentador, un pequeño grupo de vecinos ha comenzado a organizarse. Reuniones barriales, convocatorias urgentes con educadores y llamados públicos a la alcaldía se han convertido en el último recurso de una comunidad que se niega a rendirse.