El actor cubano, radicado en Colombia, compartió el dolor que vive desde hace años tras no poder despedirse de su hija Maricel Luz. La distancia, la política y el trabajo le arrebataron ese último adiós.
El reconocido actor Jorge Cao, ampliamente recordado por su papel como Don Martín en Pasión de gavilanes, abrió su corazón en una desgarradora entrevista concedida al programa Lo Sé Todo. Con profunda tristeza, reveló uno de los momentos más oscuros de su vida: la muerte de su hija Maricel Luz, a quien no pudo acompañar en su despedida final.
«No estuve en su entierro, no pude acompañarla en su final. Estaba trabajando, y no podía parar», confesó visiblemente conmovido. A esto se sumó un factor aún más doloroso: lleva más de 15 años sin regresar a Cuba, su país natal, por razones políticas que le impiden volver a abrazar a su familia.
El duelo a la distancia
Aunque los detalles de la muerte de su hija se han mantenido en reserva —se presume que fue a causa de un cáncer—, Cao dejó claro que su pérdida dejó una herida profunda. “Fue muy duro para mí”, dijo, señalando que ha tenido que vivir el duelo en silencio, desde la distancia y con la impotencia de no haber podido despedirse.
El actor explicó que la mayoría de sus seres queridos ya han fallecido, y que el no haber estado presente en esos momentos cruciales lo ha marcado profundamente. “Casi toda mi familia ya no está en este plano”, afirmó.
Entre La Habana y Bogotá
Cao, quien llegó a Colombia en 1994 por una invitación del director Jorge Alí Triana, encontró en este país un segundo hogar. Lo que en principio sería una estadía temporal terminó convirtiéndose en una vida entera dedicada a la televisión colombiana, donde ha construido una carrera sólida y muy querida por el público.
A pesar del cariño que siente por Colombia, el actor confesó que en algún momento soñaba con regresar a La Habana, caminar por sus calles o sentarse en el malecón. Sin embargo, el paso del tiempo, las circunstancias políticas y las pérdidas lo han llevado a renunciar a ese anhelo: “Ya estoy muy acostumbrado a escalar la montaña y ver Bogotá desde arriba”, dijo con melancolía.
El peso de un adiós que nunca llegó
El testimonio de Jorge Cao no solo revela el dolor personal de un padre que no pudo despedirse de su hija, sino también las realidades duras del exilio, las responsabilidades laborales y los silencios impuestos por la distancia.
Hoy, el actor continúa trabajando y viviendo en Colombia, pero reconoce que esa ausencia —la de ese último adiós— lo acompaña cada día. Una cicatriz emocional que aún no cierra, y que con cada palabra deja ver que detrás del artista hay un padre profundamente herido.

