Fundación Cultural Ardanza, cuerpo, memoria y tierra al ritmo de la danza

La Fundación Cultural Ardanza no solo se ha ganado un espacio en el corazón de su comunidad, sino también en el panorama cultural del país. Con una trayectoria construida a pulso y amor por las expresiones populares, Ardanza ha pasado de ser una iniciativa local a convertirse en un colectivo multidisciplinario que combina arte, educación, identidad y territorio.

Aunque sus raíces datan de varios años atrás, ha sido en los últimos dos años cuando el grupo ha consolidado su estructura como colectivo, fortaleciendo sus procesos organizativos, pedagógicos y creativos. Esta transformación ha permitido no solo el crecimiento interno, sino también una mayor proyección nacional, gracias a su participación en eventos de alto nivel, como el Carnaval de Negros y Blancos de Pasto, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

Saberes tradicionales

Ardanza se reconoce como una plataforma de formación artística y cultural, donde confluyen jóvenes creadores, portadores de saberes tradicionales, maestros de la danza y líderes comunitarios. Su propuesta pedagógica no se limita a lo técnico o estético: busca formar ciudadanos críticos, sensibles y conscientes del valor del arte en la construcción de sociedad.

El arte como canal

Uno de los elementos que caracteriza el trabajo de la fundación es su capacidad narrativa. Cada presentación coreográfica, cada montaje, cada intervención en el espacio público, es una historia contada a través del cuerpo y el movimiento. En sus obras se abordan temáticas relacionadas con la memoria colectiva, la identidad afrodescendiente e indígena, la defensa del territorio, la diversidad de género y la ancestralidad.

A través de ritmos tradicionales y contemporáneos, la Fundación Cultural Ardanza ha logrado desarrollar un lenguaje propio que combina la danza folclórica, la danza-teatro, la música en vivo y los elementos visuales y simbólicos del patrimonio popular colombiano. Esta fusión ha sido clave para lograr conectar con públicos diversos, tanto en espacios urbanos como rurales. Su trabajo ha sido especialmente valorado durante su participación en el Día del Canto a la Tierra, una jornada dentro del Carnaval de Negros y Blancos dedicada a honrar la conexión espiritual con la naturaleza, la Pachamama, y la defensa del agua, la vida y los territorios ancestrales.