El municipio de Linares, ubicado en el departamento de Nariño, vive días de profunda conmoción y miedo, tras una serie de eventos violentos que han estremecido a sus habitantes. Lo que debía ser un momento de duelo se convirtió en una escena de horror, cuando hombres armados interrumpieron un entierro para asesinar a sangre fría a uno de los asistentes.
Los hechos ocurrieron durante el sepelio de Wilmer Pantoja Díaz, un joven artesano ampliamente querido en la región, quien había fallecido días atrás en la ciudad de Bogotá. En medio del dolor colectivo y los rezos por su descanso eterno, hombres armados irrumpieron en el cementerio y dispararon contra Yanier Pantoja Delgado, otro habitante del municipio, quien cayó muerto ante la mirada atónita de familiares, amigos y vecinos que acompañaban la despedida. El pánico fue inmediato. Algunos corrieron para protegerse, otros intentaron auxiliar al herido, pero todo fue en vano.
Versiones
Casi al mismo tiempo, otro hecho luctuoso sacudía a la comunidad. En otro punto del municipio, familiares y amigos recibían el cuerpo sin vida de Ever Delgado, agricultor oriundo de Linares, quien murió tras ser víctima de un brutal ataque en Pasto, capital del departamento. Según las primeras versiones, Delgado fue interceptado por dos hombres en motocicleta en el barrio Las Lunas, quienes lo golpearon con sevicia durante un intento de atraco. Las heridas fueron tan graves que, pese a los esfuerzos médicos, el hombre falleció.
Ever, al igual que Wilmer, era un hombre trabajador, de raíces campesinas, apreciado en su comunidad. Su muerte, causada por la delincuencia común, reaviva el temor por el creciente clima de inseguridad que se vive no solo en Linares, sino también en las ciudades vecinas.
Cadena de hechos
Estos trágicos sucesos no son hechos aislados. El pasado 20 de junio, en la vereda Laguna del Pueblo, se reportó la activación de un artefacto explosivo, incidente que, por fortuna, no dejó víctimas fatales, pero que aumentó el temor entre los habitantes rurales. Nadie entiende por qué están ocurriendo estos hechos con tanta frecuencia ni quién está detrás de los ataques.
Menos de un mes antes, el 31 de mayo, dos personas identificadas como Aquiles Vallejo y Brayan Lora Rosero fueron asesinadas en circunstancias que aún son materia de investigación. Según versiones preliminares, se trataría de un ajuste de cuentas, pero la comunidad insiste en que hay un patrón de violencia que va más allá de hechos aislados. A la fecha, las autoridades no han entregado resultados contundentes sobre estos casos. La población de Linares se encuentra consternada, al borde del colapso emocional y con un temor creciente por su seguridad. Las calles se vacían temprano, el comercio ha empezado a resentirse, y las familias viven con miedo de que la violencia toque a su puerta.

