CARLOS GALLARDO

“EL AMOR”

Carlos Gallardo

Cuando se habla del amor, no se trata solo de un sentimiento pasajero. Es la fuerza más poderosa del universo. Lo dice la Biblia cuando afirma que Dios es amor y lo confirmó Albert Einstein al decir que es la fuerza más poderosa jamás conocida. Si Dios es amor, entonces el amor lo es todo.

Amar es la esencia de todo lo que somos. Es la energía que mueve la vida, que une a las familias, que fortalece vínculos y que da sentido a la existencia. El amor entre hermanos, entre padres e hijos, entre amigos sinceros y también el amor que transforma cuando se encuentra en una pareja especial.

Todo parte del amor propio. No se puede entregar lo que no se tiene. Amarse a uno mismo es el primer acto de valentía, el primer paso hacia una vida auténtica. El amor propio es el cimiento que sostiene cualquier otra forma de amor verdadera.

A veces la vida pone en nuestro camino a alguien que nos inspira a ser mejores. Esa persona que con su sola presencia llena los días de luz, de paz, de impulso. Con ella se puede hablar de futuro, de sueños, de complicidad y de amor real.

Trabajar con amor es vivir con propósito. Quien ama lo que hace no siente que trabaja, simplemente fluye, se entrega, crece. El amor por lo que uno hace también atrae respeto, abundancia, oportunidades y gratitud.

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El universo responde a quienes vibran desde el amor. Todo lo que se hace con amor tiene una energía distinta, más alta, más limpia, más fuerte. Es el motor de los valientes, el refugio de los sensibles, el escudo de los nobles.

A veces no hace falta decirlo todo con palabras. El amor verdadero se reconoce en las miradas, en los gestos, en los silencios que hablan. Está en la intención, en el cuidado, en el deseo de crecer juntos.

Mirar a alguien y saber que con ella todo cobra sentido. Que no se necesita más que su risa, su fuerza, su abrazo, para entender que la vida vale la pena. El amor de pareja es una fuerza que puede reconstruir hasta lo que parecía perdido.

Ojalá todos podamos encontrar ese amor. Uno que no limite, sino que impulse. Que no duela, sino que sane. Que no detenga, sino que libere. Porque el amor verdadero no retiene, acompaña. No exige, inspira. No apaga, ilumina. Hay que estar enamorado para sentirse vivo. Porque el amor lo es todo en el universo.