Los nariñenses sentimos y nos solidarizamos con el dolor de los hermanos antioqueños ante la gran tragedia registrada hace algunos días, a consecuencia de la temporada de lluvias, la que ahora deja un saldo parcial de 14 personas muertas.
Lo que acaba de ocurrir en Bello, con enorme deslizamiento que arrasó con varias viviendas y sus ocupantes en el barrio El Pinar, se constituye en una muestra más de las grandes tragedias que en un momento dado, pueden causar las torrenciales lluvias que por estos días y, a pesar de los pronósticos del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales-IDEAM-, en el sentido de que iban a mermar en intensidad, siguen cayendo en gran parte del territorio nacional.
En ese sentido, nuestro departamento de Nariño no es la excepción y las lluvias siguen cayendo con fuerza en Pasto y en varios municipios, en especial en la región de la costa Pacífica, por lo cual, luego del fatal suceso que se acaba de presentar en Antioquia, nos parece que es el momento para que las autoridades locales, no se demoren en comenzar a implementar campañas de prevención en los diferentes municipios y comunidades.
No queremos que las lamentables imágenes que los nariñenses hemos visto a través de la televisión en el escenario de la tragedia, se vayan a repetir en nuestro departamento de Nariño, cuando precisamente ese infausto suceso, tiene que movernos a todos para tomar las medidas que sean del caso. Solo de esa manera se podrá evitar que un episodio semejante, nos traiga muerte, desaparecidos, destrucción y miles de damnificados, como ocurre en estos momentos en el municipio de Bello.
No podemos olvidar que en el pasado, Nariño ha sido escenario de tragedias similares o quizá de mayor gravedad, con el saldo que hoy se afronta en el departamento de Antioquia, lo que debe ser otro aliciente para empezar a trabajar de manera rápida y eficaz, en lo que tiene que ver con la prevención.
Todos sabemos que, en diferentes regiones, el departamento presenta numerosas zonas de riesgo que muchas veces son descuidadas y no son tomadas en cuenta, hasta que se convierten en causa de alguna situación riesgosa. Nos referimos a un riesgo que de manera especial se vive en los municipios de la costa Pacífica de Nariño, donde la historia nos muestra la ocurrencia de numerosas emergencias provocadas por la temporada de lluvias.
Por lo tanto, ante el espejo que hoy tenemos con la desdicha que aqueja a los antioqueños, es la obligación de los alcaldes de alertar a sus comunidades, sobre las amenazas que se podrían presentar en caso de que continué la intensidad de las lluvias y aguaceros que siguen cayendo en la geografía nariñense.
“Guerra avisada no mata soldado” es un antiguo refrán, cargado de sabiduría popular, el cual debemos tener muy en cuenta en estas circunstancias, donde como ocurre cada año, las lluvias nos causan numerosas afectaciones.
Por lo tanto, esperamos que se tomen las acciones que sean del caso por parte de las administraciones municipales y los comités locales de emergencia, para que el agua que es símbolo de vida, en este caso no vaya a ser causante de muerte y destrucción. Y también el llamado es para las comunidades de las diversas regiones a que tomen muy en cuenta y acaten las recomendaciones que emitan los organismos de socorro, puesto que las desgracias provocadas por las lluvias, se producen en los momentos menos pensados y, no suelen dar tiempo para nada.