Entre las sombras, siguen ayudando a los vulnerables en la ciudad de Pasto

Bajo el silencio de la noche y la luz tenue de las calles, los ‘Guardianes de Identidad’ siguen recorriendo los rincones más necesitados de Pasto. Lo que nació como una iniciativa modesta, hoy se ha consolidado como una misión permanente de ayuda humanitaria, en la que un grupo de voluntarios se compromete día tras día a brindar alimento, compañía y dignidad a quienes más lo necesitan.

Esta fundación sin ánimo de lucro ha logrado mantener su presencia constante, pese a las dificultades logísticas y emocionales que conlleva trabajar con poblaciones vulnerables. Con platos de comida caliente, abrigo y palabras de aliento, sus integrantes siguen tocando corazones en zonas donde la exclusión social y el abandono son parte del día a día.

Recorridos

El grupo, formado por ciudadanos comunes con una profunda vocación de servicio, no ha dejado de actuar ni un solo mes. Actualmente, continúan sus recorridos nocturnos por distintos sectores de la ciudad, llevando no solo alimentos, sino mensajes de esperanza, escucha activa y conexión humana.

“Seguimos en las calles porque el hambre y la soledad no se detienen. Cada noche hay alguien que necesita un gesto de humanidad, y para eso estamos aquí”, comenta uno de los voluntarios del equipo.

Historias

Cada entrega de alimentos se convierte en una escena cargada de emociones, gratitud e historias. Las personas en condición de calle, muchos de ellos migrantes, expresan agradecimiento profundo por un gesto que va mucho más allá de lo material: ser vistos, escuchados, tratados con respeto.

En estos recorridos, los ‘Guardianes de Identidad’ no solo combaten el hambre, también enfrentan el olvido. Su labor es un recordatorio constante de que la solidaridad es posible incluso en los momentos más difíciles. Siguen organizando colectas, recibiendo donaciones y convocando nuevos voluntarios, logrando tejer una red ciudadana que se fortalece con cada acción concreta de ayuda.

“No se trata solo de entregar comida. Se trata de decirles: aquí estamos, no estás solo. Eso cambia vidas”, destaca otro miembro del equipo.

La comunidad pastusa ha respondido con empatía, apoyando con insumos, ropa, alimentos y tiempo. Este respaldo ha permitido que la fundación amplíe su alcance y mantenga su operación sin interrupciones.

Además de las entregas nocturnas, el grupo también trabaja en la sensibilización ciudadana, fomentando la cultura del cuidado y el respeto hacia las personas en situación de vulnerabilidad, rompiendo estigmas y promoviendo el valor de la acción colectiva. Los ‘Guardianes de Identidad’ siguen siendo una luz viva en medio de la oscuridad urbana. Su constancia, humanidad y compromiso los han convertido en referentes de acción social y empatía en Pasto. Y, mientras haya necesidad, aseguran que seguirán allí: entre las sombras, ayudando sin pedir nada a cambio.