Willy Rodríguez, alcalde de San José del Guaviare, alertó sobre el deterioro de la situación de orden público en su territorio. Mientras el presidente Gustavo Petro aseguró que no hay confinamientos ni paro armado, el mandatario local ofreció una versión completamente distinta. Conflicto entre disidencias desata crisis en Guaviare: paro armado.
“En nuestras zonas rurales sí hay confinamiento, bloqueos y amenazas constantes. La población tiene miedo, no puede movilizarse y los servicios médicos y educativos están afectados”, dijo el alcalde en entrevista radial.
El paro armado decretado por el Bloque Amazonas, bajo el mando de alias “Iván Mordisco”, rige desde el 16 de junio y se extenderá hasta el 21 del mismo mes. Esta medida restringe la movilidad desde las 6:00 p. m. hasta las 6:00 a. m., prohíbe el uso de cascos en motocicletas y limita el tránsito de vehículos cerrados.
Petro niega el paro armado, pero el Ejército ya interviene; Conflicto entre disidencias desata crisis en Guaviare: paro armado
Pese a los reportes de líderes locales y la Defensoría del Pueblo, el presidente Gustavo Petro publicó en X (antes Twitter): “No hay confinamiento en Guaviare. Orden terminante al Ejército: no se permiten paros armados en la cuna de la civilización de la humanidad”.
El Gobierno desplegó tropas de la Cuarta División, la Brigada de Selva N.º 22 y las Fuerzas de Despliegue Rápido N.º 1 y 11 para reforzar la seguridad en los corredores rurales. Sin embargo, los bloqueos siguen afectando la llamada “trocha ganadera”, una vía estratégica para la economía del departamento.
“Sacamos entre 1.200 y 1.500 reses semanalmente. Esa actividad está casi paralizada por las amenazas. Hay hambre, hay miedo, y lo peor es que el presidente no lo ve”, enfatizó el alcalde Rodríguez.
Te puede interesar: Senado define este lunes puntos clave de la reforma laboral
Confrontación entre disidencias agrava la crisis humanitaria
Las disidencias de Iván Mordisco y el grupo de Calarcá Córdoba están en plena disputa territorial. Mientras uno decreta paros, el otro acusa al rival de generar desinformación y obstaculizar ayuda humanitaria. La población civil queda atrapada en medio del fuego cruzado.

En corregimientos como Charras Boquerón, al menos 10.000 personas viven confinadas por temor a enfrentamientos, desapariciones y reclutamiento forzado. Las lluvias recientes empeoran la situación con inundaciones que agravan el acceso a alimentos y atención médica.
“La solución no es militarizar más el territorio, sino abrir espacios de diálogo. La gente campesina necesita garantías, no más guerra”, concluyó el alcalde Rodríguez.

