Por Ricaurte Losada Valderrama
El CONPES -Consejo Nacional de Política Económica y Social, máxima autoridad de planeación y asesor del gobierno en materia económica y social-, en su número 4143, recoge las aspiraciones y exigencias para poner el cuidado de la vida en el corazón de la sociedad.
Entonces, es elemental que los cuidados esenciales para la salud y la vida ya cuentan con una política pública, indispensable. Por ejemplo, cinco años después del COVID, continúa generando contagios y cobrándose vidas.
Y expertos han advertido que el virus continuará presente durante los picos de enfermedades respiratorias y que estar vacunado es la solución. A propósito, respirar mal afecta la memoria y la atención.
El momento es entonces bien propicio para hacer referencia a unos aspectos primarios, indispensables de ser tenidos en cuenta para mantener y preservar una buena salud, entre ellos, deshacernos de la necesidad de tenerlo todo resuelto, eso sí, bajo la premisa de que caminar rápido y hacer ejercicio ayuda a la salud y al envejecimiento saludable; reducir la ira y ojalá, derrotarla, teniendo presente que el tiempo nos pertenece; aprender a decir no, pues saturarnos de cosas no es inteligente y productivo, pero si lo es tener una meta al día, es decir, contar con un objetivo central y efectivo, así como hacernos a una lista de cosas para proteger nuestro tiempo, además de saber delegar y evitar procrastinar, posponiendo tareas pendientes, a pesar de tener la oportunidad de llevarlas a cabo.
Tener presente que la felicidad no está en las cosas, es esencial para nuestro equilibrio mental y para disfrutar la vida. El reto es establecer metas, pero no abrumarse, así como entender de qué se trata la vida y hasta donde nos sea posible, intentar entender qué es la mente, tema bien difícil, del cual todavía no sabemos y, dónde, por ejemplo, el científico Rafael Yuste, director del Centro de Neurotecnología de la Universidad de Columbia, trabaja en descifrar el misterio del celebro y proteger la privacidad de la actividad mental. Nuestra mente es muy poderosa, pero puede ser un arma de doble filo cuando no la entrenamos y controlamos.
Entender que no todos los conflictos necesitan nuestra energía y que vale la pena ganar, si eso no implica perder nuestra paz, pues hay que soltar resentimientos y elegir batallas con sabiduría. En veces dar un paso atrás no es debilidad, sino acto que nos libera para avanzar sin cargas innecesarias, pues una de nuestras verdaderas transformaciones ocurre cuando nos permitimos sentir y liberar lo que hemos estado guardando en nuestro interior.
Meditar es de gran ayuda y si queremos ser más felices, entrenemos la gratitud. Frente a la muerte, no la entendamos como una fatalidad y lo conveniente es que ella sea digna, así como debemos comprender que mientras vivamos ayudando a los demás, nos estamos ayudando a nosotros mismos y que esta es una fórmula mágica para el éxito, aunque generalmente este no tiene fórmulas mágicas.
Nos ayudamos potenciando los momentos de ocio y aprendiendo a dejar de dar vueltas una y otra vez sobre una preocupación o pensamiento negativo. Nos daña vivir siempre apresurados. Mantener el equilibrio interno es la mayor fortaleza.
Y, definitivamente, sigamos nuestro instinto.
@ricaurtelosada

