El universo sigue revelando sorpresas. La NASA ha identificado el agujero negro supermasivo LID-568, cuya velocidad de absorción de materia ha desconcertado a los astrónomos. Este fenómeno podría proporcionar respuestas sobre partículas elementales y modificar el enfoque actual de la física de partículas.

Un hallazgo inesperado
Situado a 1,500 millones de años del Big Bang, LID-568 tiene una capacidad de absorción 40 veces mayor a la esperada. Este comportamiento desafía la teoría del límite de Eddington, que establece la cantidad máxima de materia que un agujero negro puede consumir antes de estabilizarse.
El telescopio James Webb logró detectar potentes flujos de gas alrededor de su núcleo, lo que permitió a los científicos analizar su energía extrema. Su alta luminosidad en rayos X es diferente a la de otros agujeros negros observados, lo que sugiere que podría haber un proceso desconocido detrás de su actividad.
Agujeros negros como colisionadores cósmicos
Los investigadores de la Universidad Johns Hopkins han planteado que los agujeros negros supermasivos podrían actuar como gigantescos colisionadores naturales. Sus emisiones de plasma altamente energético podrían generar partículas elementales similares a las que los científicos buscan en laboratorios terrestres.
Las colisiones que ocurren cerca del horizonte de sucesos podrían replicar condiciones similares a las del LHC. Si estas partículas pueden ser detectadas desde la Tierra, podríamos obtener información valiosa sin necesidad de construir nuevos aceleradores.
¿El fin de los colisionadores terrestres?
El LHC ha sido fundamental para la física moderna, pero su costo y complejidad limitan su capacidad. La propuesta de utilizar agujeros negros como colisionadores naturales podría reducir la dependencia de estos dispositivos y abrir nuevas líneas de investigación.
Si esta teoría se confirma, el espacio podría convertirse en el laboratorio definitivo para la exploración de la materia y la energía. La NASA y otros organismos científicos continúan monitoreando LID-568 en busca de más datos que respalden esta hipótesis.
