Por: Mauricio Fernando Muñoz Mazuera
Últimamente en nuestra ciudad está haciendo carrera la nula muestra de gratitud y afinidad entre funcionarios de la administración municipal con las personas que toman parte en algún proceso, convocatorias o iniciativas en donde los servidores públicos quedan bien por los resultados obtenidos, sin darle el reconocimiento a quienes le dan vidas a los grupos o eventos.
Hace poco la Dirección Administrativa de Juventud realizó la convocatoria para escoger la imagen del festival “Galeras Rock”, invitando al público interesado a presentar sus propuestas y así elegir la opción que, según el criterio del jurado, representara mejor el espíritu del festival. Para esta convocatoria se presentaron 29 propuestas, que en ningún momento se dieron a conocer al público, por el contrario, como se está volviendo costumbre en nuestra ciudad, todo fue velado, no se conocía quien hacia parte del jurado, o cuales eran los ítems de evaluación, en pocas palabras, más interrogantes que certezas.
El pasado 9 de mayo, por medio de la página de Facebook de la Dirección Administrativa de Juventud se dio a conocer la elección del nuevo afiche del festival, el cual será la pieza que identificará la versión número 17 de este evento. Sin embargo en la publicación en mención, hay exceso de fotos de los funcionarios de la Alcaldía y, creemos de los jurados, pero poco y nada de las 29 propuestas participantes en la convocatoria… ¿Por qué será?
El festival en los últimos años ha recibido fuertes críticas por haber perdido su rumbo, haber dejado de ser el escenario de las bandas emergentes de la ciudad, para convertirse en la repetición de la repetidera, a tal punto que, varios grupos de la ciudad, que resaltan por su calidad musical, han desistido de tomar parte en audiciones y demás, porque, según palabras de los miembros de estos grupos, “con antelación se sabe que la parrilla está casi lista”.
Es muy importante que el Alcalde de turno deje en claro que, sin importar quien llegue a ponerse al frente de secretarias, direcciones, oficinas o corporaciones en donde estén presentes los intereses del municipio y sus habitantes, esto no valida al funcionario o funcionaria a convertir esta dependencia en el cubil de la rosca, en donde los amigos y amigas de siempre se ven beneficiadas a dedo, desconociendo nuevos liderazgos y procesos que, sin importar de donde vengan, merecen tener su lugar en el devenir social de Pasto.
Las roscas lo único que hacen es mandar al piso las buenas intenciones que se puedan tener por hacer las cosas diferentes, convirtiendo las acciones en la estéril repetición de la repetidera, pues los procesos son relegadas por la dedocracia que premia al cercano y desconoce a aquel que viene haciendo un esfuerzo diferente y de esta manera abriéndose su propio camino. Es imposible pensar por ejemplo, que en una ciudad creativa como la nuestra, sea inconcebible la idea de dar la oportunidad a nuevos talentos, a nuevas expresiones, a discursos disruptivos o liderazgos emergentes tan solo porque no hacen parte de la camada de siempre o porque no viene recomendado por el titiritero que mueve los hilos atrás de escena. Recuerden señoras y señores funcionarios que sus cargos no son eternos, es más, se consideran cargos de libre nombramiento y remoción, y en algún momento podrían ser cesados del mismo… es mejor romper los círculos viciosos para pasar a ser constructores de puentes.

