Desde hace una semana, las Fuerzas Militares mantienen un despliegue constante en varios puntos estratégicos de la cordillera occidental, al sur del país. El foco principal de estas operaciones es Deison Rodrigo Ortiz Camayo, conocido en el mundo criminal como alias Don Mata, cabecilla del frente Franco Benavides de las disidencias de las Farc.
Un informe de inteligencia conocido por un medio nacional revela que ‘Don Mata’ comanda una estructura armada de más de 200 hombres, responsables de una serie de ataques armados y hostigamientos contra la población civil y la fuerza pública en los municipios nariñenses de Policarpa, Cumbitara, Samaniego y Linares.
Objetivo
Alias Don Mata se ha convertido en un objetivo de alto valor para el Gobierno Nacional debido a su rol clave dentro de las estructuras disidentes que continúan ejerciendo control territorial, extorsionando a la población, reclutando menores y obstaculizando procesos de paz en la región.
El frente Franco Benavides, del cual Ortiz Camayo es cabecilla, es una de las estructuras más violentas y con mayor capacidad operativa dentro de las disidencias que se apartaron del Acuerdo de Paz firmado en 2016. Según las autoridades, este frente ha sido responsable de acciones armadas de alto impacto, incluidas emboscadas a patrullas policiales, ataques a bases militares y desplazamientos forzados de comunidades rurales.
La presencia de este grupo en la cordillera occidental también ha tenido graves consecuencias humanitarias. Organizaciones sociales han denunciado el aumento de la violencia contra líderes comunitarios, amenazas a defensores de derechos humanos y la siembra de minas antipersonal en zonas rurales.
Logístico
Las actuales operaciones militares buscan no solo la captura de ‘Don Mata’, sino también la desarticulación del entramado logístico y operativo que le permite mantener el control sobre una amplia zona montañosa y selvática, de difícil acceso para las autoridades.
El Ministerio de Defensa ha señalado que los esfuerzos en Nariño se mantendrán de forma indefinida hasta lograr resultados contundentes. Mientras tanto, las comunidades de la región esperan que el Estado logre neutralizar a este actor armado que por años ha sembrado el miedo y la inestabilidad en el suroccidente del país.