La muerte de Michael Contreras, ocurrida el pasado 23 de mayo en Bogotá, tiene a su familia sumida en la incertidumbre y la frustración. El joven fue ingresado al hospital con heridas de arma blanca, pero falleció antes de recibir atención definitiva. Desde entonces, sus allegados aseguran no haber recibido ningún tipo de explicación oficial sobre lo que ocurrió. Pese a múltiples intentos por conocer detalles del caso, siguen sin saber cómo, dónde ni por qué fue agredido.
Pistas
Uno de los elementos más inquietantes para la familia es que Michael fue encontrado sin sus objetos personales. Se sabe que se movilizaba en bicicleta y llevaba consigo un celular iPhone de alta gama, pero ninguno de estos elementos apareció. “Él iba en su cicla, tenía su celular, y cuando lo hallaron no tenía absolutamente nada. No hay cámaras, no hay registros, no hay nada”, denunció una de sus primas. El último lugar donde fue visto fue en cercanías al portal de El Dorado, por lo que insisten en que se revisen las cámaras de seguridad del sector.
Tras ser notificados de su fallecimiento en el centro médico, los familiares fueron remitidos a Medicina Legal, donde tampoco pudieron hacer el reconocimiento del cuerpo. Les indicaron que debían dirigirse a la URI para interponer una denuncia. Desde entonces, ninguna entidad distrital ni judicial les ha dado orientación clara sobre los pasos a seguir.
Abandono institucional
La familia de Michael asegura que él no tenía problemas personales y que su muerte resulta tan repentina como incomprensible. A casi una semana del hecho, denuncian el abandono institucional y la falta de acompañamiento. “Preguntamos por qué, cómo fue, dónde ocurrió… y nadie dice nada. Solo nos dicen que ya está muerto y que no hay más que hacer”, expresó con impotencia una de sus familiares.
El caso sigue sin resolverse. Los allegados exigen que la Fiscalía, la Policía y los entes de control actúen con celeridad, revisen las cámaras de seguridad, escuchen a posibles testigos y entreguen respuestas. Mientras tanto, enfrentan el duelo en medio del silencio institucional, esperando que el nombre de Michael Contreras no quede sepultado junto con la impunidad.

