Imagen: Qatar’s FM/UPI Photo/IMAGO
El aparato, estimado en aproximadamente 400 millones de dólares, se utilizó como obsequio para sustituir al Air Force One. Tanto los demócratas como los republicanos perciben múltiples dificultades en el regalo.
Este miércoles (21.05.2025), el Gobierno de Estados Unidos acogió oficialmente el Boeing 747 donado por Qatar para ser utilizado como avión presidencial Air Force One, un regalo que ha generado controversia debido a las preguntas que suscita en temas de inteligencia y seguridad. La familia real del emirato proporcionó al Pentágono la máquina, que se estimaba en aproximadamente 400 millones de dólares.
El representante del Pentágono, Sean Parnell, señaló que Pete Hegseth, secretario de Defensa, aprobó dicho avión «de acuerdo con todas las regulaciones y normativas federales». «El Departamento de Defensa se esforzará por asegurar que se tomen en cuenta las medidas de seguridad pertinentes y las exigencias de la misión funcional para una aeronave empleada para trasladar al presidente de Estados Unidos», añadió.
El obsequio generó grandes interrogantes constitucionales y éticas, además de seguridad respecto a un avión otorgado por una potencia foránea. Un dirigente de la oposición demócrata catalogó dicho obsequio como «puro acto de corrupción». La Constitución de Estados Unidos impide que los oficiales reciban regalos «de un monarca, príncipe o Estado foráneo». No obstante, para el presidente Donald Trump no existe ningún inconveniente. Por el contrario, indicó que sería «idiota» rechazar el obsequio.
«Gran gesto”
«Podría ser un imbécil y afirmar: «‘No, no queremos un avión gratis y costoso’, pero me pareció un gran gesto», expresó Trump en su red social Truth Social, en la que rechazó que sea un obsequio personal y garantizó que, al finalizar su segundo mandato en 2029, dejaría de usarlo y lo guardaría en su biblioteca presidencial.
La información del obsequio se difundió a mediados de mayo en los medios y ha provocado polémica incluso entre los republicanos. Según el senador Ted Cruz, de Texas, la aceptación de ese avión «suscita significativos problemas de espionaje y supervisión», una postura que comparten legisladores demócratas como Jack Reed, quienes han señalado los peligros de conceder a un país foráneo acceso posible a sistemas y comunicaciones delicados.
El primer ministro de Qatar, Mohamed bin Abdulrahmán, no lo percibe de la misma manera, considerándolo un «normal entre aliados» y no un «soborno».