Un estudio reciente ha revelado que la desaparición del universo ocurrirá mucho antes de lo estimado previamente. Investigadores de la Universidad Radboud han recalculado el tiempo de su desintegración y redujeron la cifra de 10¹¹⁰⁰ años a 10⁷⁸ años. Aunque este ajuste supone una diferencia significativa, el desenlace sigue estando en un futuro extremadamente lejano.

La teoría detrás del colapso
El estudio, publicado en el Journal of Cosmology and Astroparticle Physics, tomó en cuenta la radiación de Hawking para determinar el tiempo de evaporación de los agujeros negros y las enanas blancas. Stephen Hawking propuso que los agujeros negros emiten radiación lentamente hasta desaparecer, y ahora los científicos han extendido esta idea a otros cuerpos celestes.
Anteriormente, los cálculos sobre la duración del universo consideraban que las enanas blancas, los restos de estrellas de baja masa, podían sobrevivir prácticamente hasta el final del cosmos. Sin embargo, los investigadores encontraron que incluso estos astros están sujetos a la misma dinámica de evaporación que los agujeros negros, lo que impacta las estimaciones previas sobre el tiempo total de existencia del universo.
¿Qué ocurre con las enanas blancas?
Las enanas blancas pueden durar billones de años antes de enfriarse completamente. Son consideradas los objetos más longevos del cosmos, lo que llevó a los científicos a suponer que serían las últimas en desaparecer. Sin embargo, la nueva investigación sugiere que, con el paso de los eones, también emiten partículas y energía que reducen su masa hasta extinguirse.
Este proceso ocurre de manera increíblemente lenta, pero al afectar a los últimos vestigios del universo, modifica la línea temporal del colapso final. Según Heino Falcke, autor principal del estudio, «aunque el fin del universo llegará más pronto de lo esperado, aún faltan muchos ceros en la cuenta regresiva».
Implicaciones del hallazgo
Este ajuste en la proyección del tiempo final del cosmos ofrece una nueva perspectiva sobre la longevidad de los astros y el destino final de la materia. Además, abre interrogantes sobre el impacto de la radiación de Hawking en la evolución cósmica y en los procesos de deterioro del universo.
A pesar de estos cálculos, el fin del universo sigue estando en un futuro remoto, lo que significa que la humanidad no tiene motivos de preocupación inmediata. Sin embargo, la investigación proporciona una nueva comprensión sobre las leyes fundamentales que rigen la física cósmica y el destino último del espacio.
